Eso sí, tal y como viene siendo habitual, el BCE usa la muletilla que ya es propia del vocabulario de la institución “o más allá de esa fecha si fuera necesario”. Fian esta medida hasta que el consejo de gobierno de la autoridad monetaria vea que la inflación se haya situado en el camino de un crecimiento sostenible en línea con su mandato. Hay que recordar que el objetivo es alcanzar un IPC del 2%.
Es más, en el comunicado el BCE afirma que “si las perspectivas son menos favorables o si las condiciones ifnancieras se vuleven inconsistentes con este objetivo, el BCE está dispuesto a aumentar las compras en términos de cantidad yo de duración”.

Patrick O’Donnell, gestor en Aberdeen Standard Investments, considera que "Mario Draghi ha dejado presumiblemente la parte más difícil del proceso de reducción –el anuncio- fuera del camino sin molestar a nadie. Hay pequeños destellos de que no todo está bien. No había un acuerdo unánime sobre lo que se ha anunciado hoy y persistirán cuestiones sobre si hay suficientes bonos para el programa de flexibilidad cuantitativa. Pero Draghi estará encantado de haber terminado el día sin desbaratar los planes".

Paul Hatfield, Global Chief Investment Officer at Alcentra, de BNY Mellon IM, asegura que “el anuncio ha estado tan en línea con lo que esperaba el mercado que casi ha decepcionado”.

Siguiendo la línea que ya han instaurado otros bancos centrales, la autoridad monetaria continuará reinvirtiendo el principal de los bonos que vencen y lo harán “durante un largo periodo de tiempo posterior al fin del QE”.  

Mario Draghi explica que la decisión tomada tiene dos implicaciones. Por un lado, los miembros del consejo de gobierno de la autoridad monetaria “refleja un alto grado de confianza para alcanzar nuestro objetivo de inflación”. Pero, “al mismo tiempo aceptamos que no estamos todavía en ese momento”, ha explicado Draghi. De hecho, en la autoridad monetaria esperan que la inflación se reduzca a final de año por la caída de los precios de la energía. Importante, muy importante su visión de la inflación

En estos momentos, la expansión del PIB de Europa fue de un 0,7% en el segundo trimestre del año, lo que hace que en el BCE sean optimistas, pero cautelosos. Por eso, quizá, el organismo que preside Mario Draghi sigue estimando que siguen siendo necesarias estas políticas no convencionales que han permitido –dice el italiano-, que en Europa se creen más de siete millones de empleos en los últimos cuatro años.

En concreto, el BCE considera que los riesgos sobre la zona euro siguen estando equilibrados ya que permanece un crecimiento cíclico que puede conllevar a algunas sorpresas positivas. Por otro lado, los riesgos  -que los hay- podrían llegar de la mano del mercado de divisas.

El presidente del BCE ha insistido, en un intento por asegurar que los riesgos sobre los efectos del tapering –que no es-, podrían estar limitados por la reinversiones del principal de los bonos que llegan a vencimiento dentro del balance de la autoridad monetaria.

Aunque no ha dado una cantidad exacta, Draghi ha dicho que ese dinero que se seguirá invirtiendo en la compra de deuda –de empresas y estados- supera de media los “varios miles de millones de euros” cada mes.

En su opinion del experto de BNY Mellon IM, mientras que los bonos alemanes se van a beneficiar y podría haber una ligera depreciación del euro, no ha habido nada que soprendiera, así que creemos que todo se quedará como está”. El expert cree que “parece que no se van a producir subidas de tipos en los próximos doce meses”.

 Además del tapering el BCE ha comunicado que mantiene sin cambios el resto de su política monetaria. Mantiene en el 0% los tipos y la facilidad de depósito en -0,40%, aunque en esto no había dudas por parte del consenso.  “El consejo de gobierno prevé que los tipos continúen en este nivel por un largo periodo de tiempo y hasta bien pasado el horizonte de las compras de activos”. Es decir, que en principio no habría movimientos en el precio del dinero hasta más allá de septiembre del año que viene.