Bitcoin está expectante por saber si la cota psicológica de los 20.000 no vistos desde diciembre de 2017 llegará como regalo de Navidad. De momento los expertos consideran que lo próximo será una corrección ante lo que consideran una sobrecompra, que se ha producido básicamente en el último mes, y que ha dejado a la moneda en máximos de casi los tres últimos años superando los 16.000. Sin que eso signifique que su potencial alcista haya mermado.
Los que apuestan por corregir niveles indican que su progresión histórica lo anticipa. Se pone sobre la mesa una presunta caída de hasta el 20% en su precio frente al dólar al entender que siempre que se ha producido un aumento continuado de este calibre en la divisa digital, la caída subsiguiente ha alcanzado entre el 20 y el 30% de su cotización. Todo como decimos sin que haya sesgo bajista más allá del correctivo.
Y es que el empuje hacia Bitcoin puede llegar desde varios frentes. Por un lado, la mayor aceptación en instituciones como el BCE. El Banco Central Europeo que ya piensa más que en serio en una divisa digital. Y es que ha pasado, como ocurrió por ejemplo con el cambio de sesgo en JPMorgan, de verlo como una amenaza pirata sin control alguno en el filo de la estafa a considerarlo más que en serio en un mundo en el que la pandemia acelera los pagos digitales. De hecho, Christine Lagarde afirma que el euro digital es solo cuestión de tiempo, aunque con una visualización de dos a cuatro años vista para salvar escollos como el lavado de dinero, la privacidad o la tecnología segura a desarrollar sin hackeos.
El otro por la normalización de su uso. El paso de gigante dado por Paypal, el rey de los pagos seguros por internet, supone una nueva vuelta de tuerca del Bitcoin hacia la normalización como moneda de cambio y uso corriente a través de la red, siempre que el movimiento tenga éxito, no solo con él sino también con el resto de criptomonedas que ya acepta desde octubre en sus pagos, en una exigencia que viene de los mismos usuarios del sistema de pagos online.
En cuanto a su evolución, como vemos en su gráfica de cotización, Bitcoin avanza un 1,56% en la última semana, nada menos que se revaloriza casi un 40% en el mes precedente, un 34% en el trimestre anterior y en lo que va de año acumula un avance del 120%, consolidándose como una de las mejores inversiones del año.
Según nuestros indicadores premium, Bitcoin alcanza, en modo alcista, una puntuación revisada ligeramente a la baja de 8 puntos sobre los 10 posibles. Un aspecto técnico que gana en tendencia alcista a medio y largo plazo y en momento positivo tanto lento como rápido para la criptomoneda. También mejora sustancialmente su volatilidad, uno de sus grandes debes, y su rango de amplitud se muestra decreciente tanto a medio como a largo plazo. Sólo en negativo se mantiene el volumen en sus dos vertientes, tanto a medio como a largo plazo, que se mantiene decreciente.
Avances del Bitcoin que se han visto respaldados por el repunte de su capitalización en el mercado hasta los 298.100 millones de dólares, frente a los casi 24.400 registrados a finales de octubre, lo que indica, como señal, que la demanda sobre el valor sigue aumentando en el mercado.
Sin embargo parece que los inversores financieros españoles todavía no son proclives a apostar por Bitcoin. Según una encuesta de la Asociación Española de Asesores y Planificadores financieros, la mayoría se muestran indecisos ante la posible recomendación de las criptomonedas a los inversores. De hecho solo el 26% de este colectivo apuesta por las divisas virtuales. Y aducen para ello y como causa principal la falta de una regulación que respalde con seguridad jurídica las inversiones. Pero reconocen que las consultas de sus clientes sobre ellas se han doblado desde que comenzó la pandemia.
