La criptomoneda más capitalizada y más famosa ha vuelto a superar los 20.000 dólares por primera vez desde noviembre. El bitcoin cotiza en este final de enero por encima de los 21.000 dólares por acción y sube un 9,71% en las últimas cinco sesiones.
Las subidas se explican por el mayor apetito de los inversores al riesgo después de la paulatina moderación de la inflación en EEUU, que ha hecho prever al mercado unas subidas de tipos menos agresivas este año que las acometidas en 2022 por la Reserva Federal. Este movimiento también se está viendo en otros activos como el oro, la renta variable y afecta de forma negativa al dólar estadounidense.
“El mercado está cotizando probablemente el mejor de los mundos, que es que la inflación deja de ser un problema, porque estamos viendo cómo remite en Estados Unidos tanto la inflación general como la subyacente y en Europa la inflación general, porque la subyacente todavía sigue marcando máximos más altos que el mes previo. Pero sí hay una sensación y se ve en las curvas de tipos que a partir de verano el mercado descuenta una alta probabilidad de que estén ya los bancos centrales en modo bajadas de tipos de interés”, valora Pablo Gil, jefe de análisis de XTB.
El bitcoin, a su vez, también se beneficia de la especulación en torno al ‘halving’ de 2024. El ‘halving’ es como se conoce al evento que cada cuatro años reduce a la mitad los pagos a los mineros de bitcoin y por ello también cae la oferta de bitcoin en el mercado. Esto incentiva, que si la demanda se mantiene o aumenta, el precio de la criptodivisa se eleve.
Escándolos de Luna, FTX...
La popular criptodivisa cayó más de un 65% en 2022 en un año de gran volatilidad para todos los mercados financieros, en el que prácticamente ningún activo se salvó: sólo el dólar estadounidense y las acciones de las petroleras. El mercado de las criptodivisas estuvo marcado por el colapso de Luna, la quiebra del bróker FTX y el miedo a la recesión de la economía mundial. “La percepción de que China va a crecer más hace que el fantasma de la recesión global de repente parezca menos probable”, añade Gil.