Más que probable a la vista de cómo viene Wall Street que sea una nueva jornada negra para la renta variable mundial. El Dow Jones podría incrementar sus pérdidas después de que ayer se dejara un 3,68% sobre el parqué de Nueva York. Hoy los futuros del índice de industriales ceden unos 162 puntos con lo que se olvida, por el momento, de recuperar la cota de los 11.000.

En la misma línea se presenta la jornada para los otros dos índices bursátiles. El tecnológico Nasdaq pierde alrededor de 22 puntos en la preapertura, a pesar de que hoy ha acogido los buenos resultados del gigante informático Hewlett-Packard. Ganó 6.835 millones de dólares en los primeros nuevos meses de su año fiscal (noviembre-julio), el 9,83 % más que en el mismo periodo del ejercicio anterior. Aún así, sus títulos pierden un 13,9%, hasta los 25,40 dólares por el anuncio sobre una posible escisión de su negocio de ordenadores y el recorte de la previsión de negocio de cara a finales de año.

Por su parte, el que es el principal indicador para Europa, el S&P 500 retrocede 16 puntos ante la falta de datos macroeconómicos que pudieran levantar el ánimo a Wall Street y compensar la balanza de la batería de previsiones que en las dos últimas jornadas acechan a las bolsas. Si ayer era Morgan Stanley la que rebaja su previsión para el crecimiento mundial de la economía, hoy se suma al carro JP Morgan que aventura, incluso, una nueva recesión en Estados Unidos.

El otro dato corporativo del día viene de la mano de Bank of America que ha anunciado un recorte en su plantilla de 3.500 trabajadores a ejecutar en los próximos tres años.

Con la volatilidad sobrevolando la renta variable, la escalada del oro se mantiene imparable. Rebota ahora un 2,45% y se coloca muy por encima del máximo de 1.800 dólares que registrara hace una semana. La onza del metal dorado se compra a 1.863 dólares. El oil Texas, por su parte, ha abierto a la baja un 0,50%, en los 81 dólares el barril.