La empresa, que destacó que su negocio se movió en 2009 en un entorno "excepcionalmente complejo", facturó 382,4 millones de euros el año pasado, un 1,3% menos que en 2008. Vidrala atribuyó esta caída de sus ventas al descenso de la demanda, que se vio parcialmente compensada con una "adecuada gestión de los precios de venta".

En este sentido, el fabricante de envases de vidrio destacó que la demanda presentó un "comportamiento irregular" durante el año, con un comienzo "extraordinariamente débil", que evolucionó posteriormente de un modo favorable gracias, especialmente, a la recuperación de los mercados de fuera de la Península.

El resultado de explotación de Vidrala ascendió a 55 millones de euros en 2009, un 7,8% menos, con un margen operativo del 14,4%, resultado que la compañía juzga "muy positivo" a tenor del entorno de crisis en el que se desenvolvió el negocio en 2009.

Los indicadores de solvencia de la empresa se mantuvieron en 2009 en rangos similares a los de 2008, con una deuda neta a finales del ejercicio de 256,6 millones de euros y un flujo de caja de 5,2 millones de euros, y ello pese a haber sido 2009 un año de "inversiones excepcionales".

Vidrala indicó que la finalización de su plan inversor, unido a una mayor eficiencia en la gestión de los recursos, le permitirá reducir "significativamente" su nivel de deuda, "sin perder competitividad y respetando la tradicional política de retribución creciente al accionista".

La compañía subrayó que los resultados obtenidos en 2009, teniendo en cuenta el clima en el que se produjeron, le hace ser "optimista" en sus expectativas de desarrollo del negocio para los próximos años. Así, prevé progresos en sus mercados de venta, "aparentemente moderados y graduales", mejoras en los márgenes de negocio y un avance de su dimensión a medio plazo.