El presidente del BCE provocó el miércoles la caída de las bolsas europeas al rechazar la idea de que la institución adopte un recorte de las tasas de interés, como hizo la Fed el lunes pasado, para enfrentar una caída del crecimiento económico.Las subastas de liquidez no son un rescatePor otro lado, Trichet indicó que las operaciones de liquidez desarrolladas por el BCE en el último tramo de 2007 contribuyeron a evitar la desestabilización de los mercados monetarios al tiempo que anclan las expectativas de inflación.Sin embargo, el presidente del BCE rechazó considerar dichas operaciones como un rescate, y dijo que suponen un alivio de las tensiones en el mercado monetario a lo que el BCE debe contribuir conjuntamente con el sector privado."No rescatamos a nadie ni otorgamos privilegios a nadie, sólo permitimos el ordenado funcionamiento de los mercados", afirmó Trichet, quien añadió que actualmente se vive en "economías de mercado y en estas economías existen riesgos que se materializan de vez en cuando, algo que tenemos que intentar evitar, pero cuando los riesgos se materializan se pone a prueba la resistencia del sistema. Tenemos que trabajar en mejorar esta resistencia".
El BCE advirtió de los problemasPor otra parte, el presidente del BCE no dejó pasar la oportunidad durante su intervención en Davos para recordar que, hace exactamente un año, ya había advertido de que los mercados habían "infravalorado los riesgos" y que esa situación "no era sostenible, por lo que una corrección era necesaria y los mercados debían prepararse".Trichet afirmó que actualmente existe "una significativa corrección" con episodios de turbulencias y volatilidad en los mercados.En este sentido, el responsable de la política monetaria de la eurozona señaló que los partícipes en los mercados deben asumir responsabilidades y demandó al sector privado "mejores prácticas en la gestión del riesgo, la gestión de la liquidez, conduits..., así como mayor transparencia" ante la sofisticación de los instrumentos de inversión.Además, Trichet hizo hincapié en la necesidad de una rápida y permanente mejora de la regularización bancaria para responder a la evolución de las innovaciones en los mercados financieros y citó el ejemplo de Basilea II, apuntando que su más rápida implementación hubiera reducido el impacto de la inestabilidad.Sin embargo, el banquero señaló que, en su opinión, el sector privado tiene que contar con la "primera opción" para autorregularse.