Tras varios días hablando de la posibilidad de que se recapitalice al sector bancario los mercados tenían ganas de subir y, pese a que el consenso apuntaba a un mantenimiento de tipos, quizá las bolsas esperaran algo más. De ahí la decepción inicial que llevaba a los índices europeos a cotizar la noticia alejándose de los máximos del día. Trichet termina así su mandato, sin ningún tipo de cambio en su lenguaje y manteniendo tipos en el 1,5%.

Vuelve a hacer hincapié en la obligación del BCE de mantener estables los precios pese a que reconoce que no hay riesgo de hiperinflación y sí lo hay de débil crecimiento. Lo que no se entiende es que, reconociendo esto y habiendo cometido dos errores importantes en su carrera, subiendo tipos primero en 2008 justo antes de la quiebra de Lehman Brothers y después en 2011 justo antes de un enfriamiento de la economía, siga priorizando la inflación al crecimiento y no sea capaz de corregir su metedura de pata. Probablemente si la inflación de la Zona Euro, conocida la semana pasada, no hubiera quedado imprevisiblemente alta (3%), hubiéramos visto una bajada de tipos.

Sin embargo Trichet ha preferido pasarle la patata caliente a Mario Draghi, el actual gobernador del Banco de Italia y que será su sucesor al frente del BCE, algo cuando menos criticable dado que Draghi se va a encontrar con la obligación de bajar tipos durante los primeros meses de su mandato con las críticas que esto puede suponerle por tacharle de priorizar los intereses de Italia antes que los de otros países como Alemania. Pese a todo y tal como se pensaba, Trichet ha anunciado nuevas medidas de liquidez a más largo plazo intentado compensar las carencias del actual mercado interbancario, siendo esto lo más interesante de su intervención.

Los mercados tienen ganas de subir lo que se muestra en los fuertes repuntes que estamos viendo en los últimos días que se sustentan, básicamente, en humo. Es cierto que los ministros de finanzas europeos han hablado de una recapitalización bancaria que en principio se haría a través de los gobiernos nacionales, y que esto parece que ha gustado a las bolsas europeas. Sin embargo nada ha cambiado. Nos olvidamos de que estamos esperando que la idea de un segundo rescate griego conocida el 21 de julio se ponga en marcha. La idea de la Tasa Tobin o un gobierno común planteada en la cumbre franco-alemana de agosto sigue siendo tan solo eso: una idea. La modificación del fondo de estabilidad financiera (EFSF) sigue en el aire. En definitiva, la credibilidad de las autoridades europeas está en juego dada su comprobada incapacidad para tomar soluciones comunes a tiempo y eso es algo que los mercados están obviando por el momento. Se muestran esperanzados a que algo cambie, cosa que hasta ahora no ha ocurrido con lo que, de haber una decepción, podríamos volver a ver fuertes caídas.


Soledad Pellón
Estratega de Mercados
IG Markets