Así, en su opinión, el incremento de los precios experimentado recientemente por la energía y los alimentos es comparable a precedentes severos como la crisis del petróleo en los años 70, de la cual recordó que el fracaso de gran parte de las economías europeas a la hora de asimilar el estrechamiento de la política monetaria provocó subidas salariales que afectaron a la propia competitividad del continente.Una situación que desencadenó un desempleo generalizado que, según él, ha llegado hasta la actualidad como un "legado" de la época. Además, añadió que aunque el IPC haya aumentado bruscamente, esta tendencia "no durará para siempre" y recalcó que contenerla es la mejor fórmula para proteger la salud de la economía.En este sentido, el BCE ha decidido mantener el tipo de interés en el 4% como resultado de las presiones inflacionistas y pese al actual escenario de desaceleración económica, ya que, según ha insistidoTrichet, no está previsto un recorte.