GRECIA: LA PRIMERA EN CAER DEL CASTILLO DE NAIPES

Sin duda, uno de los acontecimientos económicos de más calado internacional producido durante el primer semestre del año fue el estallido de la crisis griega. El déficit de la península helena era una bomba de relojería desde que en el 2000 el país incumpliera los niveles máximos de déficit que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea imponía. Esta bola de nieve fue rodando hasta que cerró 2009 con un déficit público del 13% y una deuda del 115% del PIB. Ni los mensajes de calma que lanzaban desde el gobierno griego, ni la road show de Papandréu por EE.UU. lograron paliar el problema. Finalmente, el domingo 2 de mayo no se pudo escurrir más el bulto y se decretó el rescate a Grecia. El Eurogrupo aprobó la concesión al país heleno de 110.000 millones. De este monto, los países de la zona euro aportarían 80.000 millones, 9.800 de ellos, españoles. El resto, 30.000 millones, serían una aportación del FMI. Actualmente Grecia obtiene esos préstamos a un tipo próximo al 9%, como ha ocurrido en las salidas más recientes al mercado, mientras que la ayuda que le van a proporcionar los países del Eurogrupo será a un tipo cercano al 5%. La letra pequeña de este préstamo incluye el compromiso por parte de Grecia de reducir su déficit presupuestario al 8,1% este año, y por debajo del 3% a finales de 2014.

Con esta medida Nicolás López, director de análisis de MG Valores, afirma que “el problema de liquidez a corto plazo queda resuelto, pero ahora el interés se centra en saber si en los próximos meses y años el gobierno heleno va a ser capaz de afrontar los recortes y las necesidades económicas para reducir el déficit”. Aún así, Grecia sigue sin contar con el beneplácito del mercado. Su bono calificado de “basura” (BB+) y el temor latente han hecho que siga reclamando ayuda. Así pues, la pasada semana volvió a recibir un balón de oxígeno con la concesión de 2.000 millones por parte del Banco Europeo de Inversiones.

PORTUGAL SIGUIÓ A GRECIA… DE LEJOS

Pero Grecia no fue más que la llama que encendió la mecha. Tras el país heleno, el mercado se giró amedrentado por la situación de déficit de Portugal y España.

El agujero en las arcas públicas de Portugal ascendía al 9,3% en el primer trimestre del año, una cifra preocupante que está muy lejos del 13% de Grecia. Sin embargo, la rebaja de la calificación de su deuda (de "A" a "A-" por S&P) desencadenó el ascenso de los CDS de sus bonos a máximos, así como la rentabilidad de las obligaciones del Tesoro Luso. Ante los temores de otro default por parte de Portugal o España, el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, tranquilizó los ánimos diciendo que “España y Portugal no son Grecia”, si bien, algunas voces ya auguraban el final de la unión monetaria.

Aunque demasiado tarde para la moneda única que fue zarandeada por todos estos temores y pasó de su supremacía frente al billete verde marcada en los 1,50 dólares en los que llegó a cotizar en 2009 a “un canal lateral entre 1,22 y 1,24 dólares en el que parece poco probable que caiga a niveles por debajo de 1,20 mientras en EE.UU. continúen los mensajes que apuntan a permanencia de tipos de interés bajos”, dice Eduardo Vicho, jefe de análisis de M&M Capital EAFI.

ESPAÑA SALIÓ DE LA CRISIS PERO, ¿HASTA CUÁNDO?

TOCA APRETARSE EL CINTURÓN

Grecia, Portugal, Irlanda, Hungría, España, pero también Francia, Alemania y Reino Unido. Aquí no se salvó nadie y todos se pusieron manos a la obra para recortar los gastos públicos. Además, nuestro país tenía que dar ejemplo teniendo en cuenta que durante el primer semestre presidía la Unión Europea, por ello, el Consejo de Ministros aprobaba el 9 de abril 26 medidas antidéficit entre las que destacaban la reducción de sueldo de los funcionarios, la congelación de las pensiones, el recorte de las inversiones públicas o la reducción del gasto autonómico y municipal, y es que, como cuenta Álvaro Blasco, director de Atlas Capital, “la capacidad de generar riqueza está bastante mermada, con el sector inmobiliario paralizado y el sector turístico tocado”. Con estas disposiciones aprobadas por el gobierno se pretende reducir el déficit al déficit público al 6% del PIB en 2011, con un ahorro de 15.000 millones entre 2010 y 2011, y al 3% del PIB en 2013, objetivo exigido desde Bruselas.

Según José Luis Martínez Campuzano, estratega jefe de Citigroup, “estas medidas con adecuadas para reducir el déficit, aunque la percepción del mercado es de que no son suficientes porque el riesgo país sigue estando muy alto, por lo que tendremos que tomar más medidas”. Precisamente el riesgo país es el motivo por el que el diferencial del bono español con el alemán se elevó a su máximo histórico en los 212 puntos básicos a principios de junio. Con ello, dos de las principales agencias de calificación, S&P y Fitch, en abril bajaban el rating de España, S&P de “AA+” a “AA” y Fitch de “AAA” a “AA+”. Para colmo, recientemente Moody’s rebajaba la calificación crediticia de varias Comunidades Autónomas y ponía en revisión la nacional (actualmente en “AAA” máxima).

EL MERCADO LABORAL SIGUE COJEANDO

En el primer trimestre del año España salió de la recesión, si bien lo hizo de una forma más que tímida: creciendo un 0,1%, tras seis trimestres de retrocesos pero quizás sea pronto para cantar victoria, pues la Comisión Europea prevé que la subida del IVA recientemente puesta en marcha provoque una recaída del PIB en territorio negativo durante el tercer trimestre.

A esto hay que sumarle el aumento del paro al 20,05% en los primeros tres meses del año. En total, el número de parados ascendió a 4.612.700 personas. En el segundo trimestre la cifra disminuyó favorecida por el empleo temporal en el sector servicios. Pero había que hacer algo para apuntalar en este sentido nuestra economía, por lo que el Gobierno puso en marcha la reforma laboral, una reforma que, en palabras de Dominique Strauss-Kahn, director del FMI “va absolutamente en la dirección correcta y es crucial para garantizar un mercado más efectivo y eficaz en España”. Los principales objetivos de esta normativa son la reducción de la dualidad entre contratos temporales y fijos, reducción de la contratación temporal a favor de la indefinida, incentivación de la contratación de jóvenes y determinados colectivos y reducción de la jornada laboral. A día de hoy este decreto sigue levantando ampollas y en protesta de algunos artículos se han producido manifestaciones y repetidas reuniones con los sindicatos.

UN NUEVO MAPA DEL SISTEMA BANCARIO

En el primer semestre del año asistimos también a la reordenación del sistema financiero español, sobre todo por parte de las pequeñas entidades. Las cajas de ahorros se exhibieron a la espera de que alguien les sacara a bailar o, lo que es lo mismo, a fusionarse y así salvarse de la insolvencia. La semana pasada el Banco de España daba el visto bueno a 4 fusiones de cajas (Caixanova y Caixa Galicia; el SIP entre Caja Madrid, Bancaja, Caixa Laietana, Caja Insular de Canarias, Caja de Ávila, Caja de Segovia y Caja Rioja; el SIP entre Caja Murcia, Caixa Penedés, Sa Nostra y Caja Granada; el SIP de CAM, Cajastur, Caja Cantabria y Caja de Extremadura). Para financiar la consecución de estas uniones el Gobierno creaba el FROB (Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria) dotado con 9.000 millones. Pero las negociaciones para nuevos matrimonios financieros siguen en efervescencia y podrían no haber hecho más que empezar pues, según Sara Pérez Frutos, directora general de Dracon Partners EAFI, “en el sistema financiero español sobran la mitad de las cajas de ahorro”. Pero, ¿qué sucederá ahora en el mapa financiero español? Francisco Sanz, responsable de publicaciones de ADICAE, explica que “a medio plazo, tendremos un sistema financiero más caro, siendo más complicado para el ciudadano acudir a las entidades”.

Por su parte, los grandes bancos lucen sus mejores galas y, si bien sus cotizaciones no son ajenas a los temores latentes en el mercado, BBVA y Santander siguen expandiendo su negocio, eso sí, fuera de nuestras fronteras. En la primera parte del año ambas entidades consagraron sus tentáculos en Latinoamérica y, además, Santander también ha apostó por Europa y BBVA por Asia.

Pero no sólo por sus compras han dado qué hablar los grandes, también por su matrícula de honor en los “tests de stress” de la banca europea que, si bien hasta finales de julio no se revelarán los datos oficiales de estas pruebas, sí pudimos conocer que ambas entidades son las más solventes de todo el Viejo Continente según sus resultados.

LA BOLSA SUFRIÓ COMO NUNCA

Durante el primer semestre del año nuestro parqué no consiguió levantar cabeza y finalizó junio con un 22,42% de retroceso a sus espaldas. El Ibex 35 fue arrastrado sobre todo por los grandes bancos que, lejos de su tradicional función de escudos, pisotearon al selectivo junto con las empresas de servicios (BBVA cedió en el 1S un 34,31%, Santander un 25,46%, Sacyr un 50%, FCC un 40%). Las financieras, a su vez, sufrieron en sus cotizaciones por los daños colaterales de los problemas de deuda soberana de España. Además, la volatilidad también brilló con su máximo explendor. Todo ello llevó al traste las previsiones de casas de expertos, como Atlas Capital, que mantenían que la bolsa podría subir entre un 10% y un 15%.

CHINA: “A MÍ ME DABAN 2”


Los emergentes no defraudaron. Las buenas expectativas que los expertos guardaban para estos actores en el primer semestre de 2010 se confirmaron “amortiguando la crisis y manteniendo sus crecimientos en positivo” por encima de países desarrollados, confirman desde Banca Marchs, si bien, China tuvo que echar el freno a su expansión. Durante el primer trimestre la economía del Sol Naciente creció un 11,9% y, para enfriar este sobrecalentamiento, el gobierno decidió revaluar progresivamente su divisa, el yuan. Según Félix González, socio director de Capitalia Familiar EAFI, esta medida “no va a resolver los problemas de empleo ni el exceso de exportaciones chinas”, ¿la solución? “se necesita buscar un modelo de crecimiento más estable; el mundo está dividido entre consumidores, que es la parte occidental, y productores, que es la oriental. Esta situación no va a cambiar de la noche a la mañana”.

Para colmo, el riesgo inflacionista y de burbuja inmobiliaria continúa latente, si bien, el gobierno ya ha tomado medidas sobre los préstamos (obligación de reducción de préstamos y aumento de reservas bancarias) y el sector inmobiliario (requisitos más estrictos para la concesión de préstamos hipotecarios a los compradores de segunda vivienda y la prohibición de otorgar préstamos a quien pretenda adquirir una tercera vivienda) que ayuden a ralentizar la expansión en la tercera economía más grande del mundo. Por ello, la pasada semana BNP Paribas bajaba su previsión del PIB chino para el total del año del 10,5% hasta el 9,8%.

EE.UU., DESPACITO Y CON BUENA LETRA


La primera potencia mundial no fue desbancada de su trono aunque su crecimiento durante los primeros seis meses fue moderado (PIB 1T - 3%; 2T - 2,3%) y las condiciones de mejora paulatina hicieron que se mantuvieran los tipos de interés en mínimos. Las apuestas de los expertos apuntaban a que en el primer semestre del 2010 no asistiríamos a su variación pero, ¿será en el segundo semestre?, ¿esperarán hasta 2011? de momento, la Fed no ha variado su discurso desde inicios de año y mantiene que “los tipos se mantendrán en niveles excepcionalmente bajos durante un período de tiempo prolongado” debido sobre todo a que la retirada progresiva de estímulos económicos debe ser sustituida por el consumo privado, lo que, a su vez, está directamente afectado por la creación de empleo y, según Bernanke “el mercado laboral se está estabilizando”. Por ello, David Navarro, analista de Inversis Banco, confía en que “esto sigua así al menos hasta después del verano, para comprobar durante 6 meses que ha existido crecimiento de empleo”.

Pero al margen de los tipos de interés, EE.UU. tenía una seria asignatura pendiente: el mercado financiero. En el programa electoral de Obama la reforma de éste se planteaba como uno de los puntos fuertes junto con la reforma sanitaria. Ambos cambios normativos también han ido pasando los controles de aprobación en este primer semestrei.

En lo que respecta a la reforma financiera Obama partía con un claro lema “aprender de los errores”. Los tiempos de libre albedrío de los bancos estadounidenses podrían tener los días contados ya que, entre los puntos clave de esta reforma se encuentra el reconocimiento de a la Reserva Federal y al Banco Central estadounidense de poderes adicionales para imponer estándares prudenciales más estrictos a las empresas financieras. Así como el establecimiento de un nuevo Consejo de Supervisión de Servicios Financieros, formado por el secretario del Tesoro y titulares de las agencias regulatorias, que fijará reglas de operación y mecanismos para detectar amenazas a la estabilidad del sistema financiero.

Por su parte, la reforma sanitaria conlleva un cambio integral del sector en EE.UU.: 32 millones de personas pasarán a tener una cobertura sanitaria costeada por los subsidios públicos, las aseguradoras no podrán negar tratamiento a sus clientes con enfermedades graves y costosas, y permitirá a los trabajadores que pierdan su empleo mantener las mismas condiciones de su cobertura sanitaria. Se calcula que el coste de la ley ascenderá en los próximos 10 años a 938.000 millones de dólares.

Pero, con la resaca de la crisis financiera a cuestas, quién se hubiera imaginado que en el primer semestre del año la bolsa de Nueva York viviría un “minicrash”. El 6 de mayo el susto fue tremendo cuando el Dow Jones llegó a desplomarse un 10%, ¿la razón? A falta de que se publiquen las conclusiones del estudio que permanece abierto para esclarecer las causas, un fallo humano y técnico pudo desencadenar la mayor caída del parqué estadounidense desde 1987. Al parecer, un bróker de Citigroup confundió la tecla “M” de millón con la “B” de billón y lanzó una orden de venta, cuando quería comprar, en los títulos de Procter & Gamble. Esta acción se desplomó un 37,6%, de 62 a 39 dólares, para posteriormente revalorizarse un 54%. Visto y no visto, todo volvió a la normalidad aunque a algunos expertos, como a Jorge del Canto, analista independiente, consideran que tanto error casual es “inverosímil”.


CONCLUSIÓN: “La aparición de las dudas sobre la deuda soberana y el sector financiero europeo (incremento de los costes de financiación, menos disponibilidad de recursos financieros, aceleración del proceso de desapalancamiento de las empresas y particulares) ha empañado cualquier posibilidad de cumplir las perspectivas que se estimaban para el primer semestre, por lo que es lógico que estemos peor de los que se esperaba”, dice Alexis Ortega, socio director de Finagentes Gestión.