El gasto público, ha crecido de forma desenfrenada los dos últimos años, mientras que los ingresos del estado han caído en picado debido a la recesión económica. Europa, y hasta EEUU nos llamó la atención reclamando un plan de medidas y reformas en el corto plazo, que evitaran que nuestro país, demasiado grande como para dejarlo caer, tuviera que pasar por la misma situación que Grecia.


El recorte de 15.000 millones del gasto público, concretado en medidas, como bajada de sueldos a funcionarios, congelación de las pensiones, paralización de las infraestructuras… apaciguó temporalmente a los mercados, que necesitan ver como se emprenden reformas estructurales que lleven a la economía española de vuelta a la senda del crecimiento. LA reforma laboral, se ha quedado en un tímido gesto, y así es valorado día a día por el mercado, que exige que el estado español pague más de 200 puntos básicos más por colocar su deuda a 10 años, en comparación con la deuda alemana



En este contexto de riesgo país, donde las principales agencias de rating han rebajado sus calificaciones, y donde comienzan a rebajar las notas apara la deuda de las comunidades autónomas, las áreas que más están sufriendo (aparte de los 4 millones de personas desempleadas), son las empresas cotizadas en bolsa.


Nuestro Ibex y el resto del mercado continuo cuenta con grandes expresas, y gestores, que en muchos caos están tan internacionalizados que sólo la mitad de los beneficios son generados en España. Inditex es un ejemplo mundial en gestión de logística y acomodamiento del modelo productivo al mercado, Ferrovial gestiona aeropuertos, suburbanos y autopistas por medio mundo y dentro de las pequeñas o no tanto, Grifols es uno de los principales jugadores a nivel mundial en el negocio de los hemoderivados. Dejando a los dos grandes bancos aparte, referencia y modelo de gestión y solvencia durante la crisis, nuestras empresas son buenas, pero han visto como sus cotizaciones han caído de media un 30% desde comienzos de año, y como se les cerraba el acceso al crédito en los mercados internacionales, pro el hecho de ser “españolas”.


Las perspectivas para el próximo trimestre, desde el punto de vista macro, no son muy positivas para España. El verano, aliviará estacionalmente el problema de paro, que descenderá por las contrataciones del sector servicios, pero los diferenciales de la deuda no están bajando a pesar de los planes de recorte del gasto. Si septiembre comienza con problemas de conflictividad laboral, y nuevas huelgas, la inversión en nuestro país continuará siendo muy poco atractiva.


En el resto del mundo diferenciamos EEUU y los emergentes de Europa. EEUU ha logrado alejarse de la recesión con tasas de crecimiento por encima del 3%, que aún resultan insuficienctes para crear trabajo, y su tasa de paro se mantiene en niveles históricamente altos en el entorno del 10%. El gobierno norteamericano ha decidido no retirar las ayudas fiscales y monetarias y fomentar el crecimiento de la economía a toda costa, a pesar de sus niveles de déficit y su deuda. Por otra parte han logrado que China vaya poco a poco revaluando el Yuan, lo que ayudará a la creación de puestos de trabajo en EEUU, al ser el producto local más competitivo que el chino. Una revaluación de un 20% de la moneda china, crearía 1 millón de puestos de trabajo en EEUU.


En Europa por el contrario, la pauta es reducir déficit públicos al máximo, con políticas drásticas de recorte del gasto, anquen esto suponga una ralentización del crecimiento o incluso una recuperación en W, con otra caída del crecimiento en lugar de la deseada U. Alemania demuestra que con la debilidad del euros, es capaz de exportar de una forma muy importante, y que la estabilidad de su sistema productivo, le ha permitido destruir apenas 70.000 puestos de trabajo a pesar de una caída del PIB del 4,5% el pasado año.


Reino Unido tiene una gran reto por delante. El gobierno de coalición Cameron-Clegg, debe recortar gasto, y dinamizar el sistema británico, que ha perdido completamente el tren del crecimiento de mano de los laboristas.


China intentara ralentizar su crecimiento, para evitar el estallido de burbujas dentro de su sector inmobiliario y financiero, con un objetivo de crecimiento en torno al 8% en lugar del 11 % actual. Mientras que Brasil prepara el relevo de Lula, en un entorno de crecimiento y control de la inflación no visto en su historia.


Con todo ello los mercados deberían estabilizarse primero, y subir después. Si tuvie4semos que elegir sectores empezaríamos escogiendo tecnología e inmobiliarias en EEUU, para seguir con industria yt exportadoras en Alemania, así como posiciones residuales en China y Brasil.