Dicho esto, la fragilidad del mercado de trabajo no es una noticia sorprendente dados los anémicos informes del empleo no agrícola correspondientes al segundo trimestre, pero a pesar de que el crecimiento económico perdió impulso en el segundo trimestre de este año, el último informe sobre ofertas de trabajo y rotación laboral indica que las ofertas de trabajo y las contrataciones se aceleraron durante ese periodo.


Las ofertas de trabajo de junio aumentaron cerca de 3%, por lo que el segundo trimestre cerró con un aumento total de 315 mil ofertas en ese periodo, en comparación con las 264 mil ofertas del primer trimestre.


Aunque las incertidumbres siguen pesando, y mucho, en la confianza y en las expectativas de las empresas, los datos indican que al menos ha habido alguna mejora en las perspectivas de la demanda. Las contrataciones en realidad cayeron ligeramente en junio, pero todavía reflejan un incremento de 148 mil durante el trimestre, casi 65% más que en el primer trimestre de este año.

El sector de la construcción ha contribuido considerablemente al aumento de la contratación total, pues subió más de 30% entre mayo y junio combinados. La actividad del sector de la vivienda ha seguido mejorando a lo largo del año de un modo significativo, sin embargo, el porcentaje del sector sobre el total de las vacantes sigue siendo muy bajo, por lo que no es probable que a corto plazo dé un impulso significativo al crecimiento total del empleo.

La contratación en el sector manufacturero se ha mantenido relativamente constante, tal como se esperaba dadas las recientes desaceleraciones en la actividad del sector. La relativa fortaleza observada en el informe de junio anunciaba lo que ahora sabemos, que el mes de julio fue mejor en cuanto al crecimiento del empleo no agrícola. La brecha entre las contrataciones y los despidos se amplió en junio y es indicio de un mayor crecimiento del empleo en el mes siguiente.

Aunque los despidos y las bajas cayeron en junio tras experimentar un gran aumento en mayo, es probable que las cifras se reviertan de nuevo en julio dado que la tasa de desempleo ha vuelto a 8.3%.  Ese 8.3% de tasa de desempleo es una seria preocupación para Bernanke y a buen seguro tomara medidas de calado para reducirlo si la inercia económica por si sola no lo consigue.

El tamaño del “empujoncito” va a depender muy mucho de elementos que él no puede controlar, a saber, la crisis de deuda soberana que azota Europa, la salida presumible de Grecia del Euro, los vaivenes del precio del petróleo y la desaceleración de la economía China.

Y todo esto con una elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, sin duda vamos a pasar un otoño muy interesante y Bernanke sin duda será uno de los protagonistas.