Según explica Economía, en la subasta del 15 de enero se podrán adquirir cédulas hipotecarias, bonos de titulización de activos y bonos de titulización hipotecaria, respaldado por créditos concedidos a particulares, empresas y entidades no financieras. En cambio, en la del 30 de enero se comprarán cédulas hipotecarias y bonos de titulización de activos respaldados por cédulas hipotecarias, en ambos casos de nueva emisión, y con un plazo de vencimiento de tres años.
De esta manera, las entidades que más hayan contribuido al aumento del crédito de acuerdo con los datos más recientes disponibles antes de la subasta tendrán preferencia para lograr esa cantidad. La adjudicación de este tramo no competitivo se realizará al tipo marginal de la subasta.
Según fuentes financieras consultadas por Efe, el Gobierno habría decidido destinar una mayor cantidad de recursos en la subasta en la que se compran activos en firme, ya que resultan más atractivos para las cajas. Así, recordaron que dichas entidades solicitaron más recursos en la última puja, al llevarse a cabo mediante este sistema, mientras que en la primera subasta, en la que se podían adquirir activos mediante operaciones de compraventa dobles, hubo menos demanda.
De hecho, en la segunda subasta, el fondo adjudicó 7.224 millones de euros, el 91,6 por ciento disponible, después de que las entidades solicitaran 9.479 millones, mientras que en la primera se concedieron 2.115 millones, el 42,3 por ciento del total, tras una demanda de 4.562 millones.
En la puja del 15 de enero se podrán adquirir cédulas hipotecarias, bonos de titulización de activos y bonos de titulización hipotecaria, respaldado por créditos concedidos a particulares, empresas y entidades no financieras.
Por su parte, en la puja del 30 de enero se comprarán cédulas hipotecarias y bonos de titulización de activos respaldados por cédulas hipotecarias, en ambos casos de nueva emisión, y con un plazo de vencimiento de tres años.

