Venezuela parece una idea fantástica sobre el papel en cuanto a crecimiento para Telefónica, la segunda mayor empresa española por valor de mercado, pero los controles de divisas del país americano se han convertido en un campo de minas e impiden que el grupo repatríe unos 2.000 millones de dólares de beneficios desde 2006.

Esto ocurre en un momento en que Telefónica depende cada vez más de Latinoamérica para su crecimiento, ya que los ingresos caen en los mercados europeos, afectados por la recesión. La contribución en efectivo a las cuentas de Telefónica de sus operaciones en Venezuela ha aumentado de manera estable: la filial venezolana, Telefónica Móviles Venezuela, aportó el 15% de los ingresos totales de 5.570 millones de euros del grupo en Latinoamérica en el segundo trimestre. Venezuela también es el mayor mercado de crecimiento de Telefónica, con un aumento de los ingresos del 41% a 865 millones en el segundo trimestre respecto al año anterior.

Aún así, miles de millones de dólares de potenciales beneficios están atrapados por la valoración artificialmente elevada del bolívar por parte de Venezuela, que ha llevado a los observadores del mercado a advertir que los controles de la divisa distorsionan los balances. Los controles de divisas de Venezuela se basan en una moneda artificialmente fuerte que ha provocado una amplia reducción de la liquidez a medida que los ingresos petroleros disminuyen. La tasa de cambio oficial de Venezuela se ha fijado en 2,15 bolívares por dólar desde 2005 en un país que tiene aumentos anuales de los precios de consumo superiores al 20%. Las tasas en el mercado negro valoran al bolívar en cerca de 7 por dólar.

Las empresas que hacen negocios en Venezuela necesitan la aprobación del Gobierno para cambiar dólares a la llamada tasa de bolívar fuerte. La mayoría podían repatriar los beneficios cuando los precios del crudo venezolano estaban en máximos récord y los dólares abundaban. Ahora, aunque las compañías consigan el visto bueno para repatriar los beneficios, surgen retrasos cuando se intentan comprar dólares a la tasa oficial.

Varias subidas de los precios desde 2008 y el bolívar artificialmente fuerte han sostenido el crecimiento de Telefónica. Pero estas tasas de crecimiento no son sostenibles, señaló Georgios Ierodiaconou, analista de telecomunicaciones de ING. Para poner de manifiesto los efectos distorsionadores, los clientes venezolanos de telefonía móvil de Telefónica generan mayores ingresos en promedio que los clientes alemanes, según Ierodiaconou.

Una eventual devaluación del fuerte bolívar hasta las tasas en el mercado negro reduciría a la mitad las operaciones de telefonía móvil de Telefónica en Venezuela, hasta 1.400 millones de euros, mientras que los ingresos mundiales de Telefónica caerían un 4%, según cálculos de ING Groep NV.

Los anteriores programas de divisas en Latinoamérica terminaron habitualmente con abruptas devaluaciones. Los analistas creen que mantener una divisa artificialmente alta mientras los flujos de entrada de dólares caen genera el espectro de la depreciación, lo que podría obligar a las empresas a realizar depreciaciones.

El director financiero de Telefónica, Santiago Fernández Valbuena, dijo recientemente que la solicitud de la compañía de repatriar sus beneficios está pendiente. "No se nos ha denegado, pero se ha retrasado la retirada del dinero", dijo Valbuena a analistas en julio.

Valbuena dijo a los analistas que la compañía no hará rebajas en el valor contable de su negocio venezolano mientras siga demostrando que es posible repatriar sus beneficios del país, donde el negocio "se desarrolla magníficamente". Un portavoz de Telefónica dijo que la situación no ha cambiado y que la compañía no espera que Venezuela devalúe el bolívar.

Los problemas de Telefónica son un reflejo de los que sufren otras compañías extranjeras, aunque pocas se quejan abiertamente porque temen la reacción del presidente venezolano, Hugo Chávez, que ya ha nacionalizado importantes sectores de la economía.

En mayo, Banco Santander, la mayor compañía española por capitalización bursátil, se vio obligada a vender su división venezolana al Gobierno. Tras varios meses de negociaciones, las dos partes se pusieron de acuerdo en el precio de unos 1.000 millones de dólares y se permitió a Santander repatriar los beneficios acumulados por su filial. Su rival español Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA también ha sufrido retrasos en la repatriación de sus beneficios. Los portavoces de estos bancos no quisieron hacer comentarios al respecto.

General Motors Co, el mayor fabricante de automóviles en Venezuela, cerró en junio una fábrica de montaje durante casi tres meses por no contar con suficientes dólares para importar componentes de automóvil.

Durante una reciente visita a Caracas, se le dijo al ministro español de Asuntos Exterores, Miguel Ángel Moratinos, que el Gobierno venezolano había acordado acelerar las repatriaciones de beneficios y que esperaba resolver la escasez de dólares antes de que termine el año, según portavoces del gobierno español.

El presidente español, José Luis Rodríguez Zapatero, discutió sobre las "perspectivas de inversión para las compañías españolas" durante una reunión con Chávez en Madrid el viernes pasado, informó el Gobierno español en un comunicado.

Telefónica controla el 44% del mercado venezolano de telefonía móvil. Su mayor rival local es CANTV, que Chávez expropió en 2007 a un grupo de inversores que incluía a la compañía radicada en Estados Unidos Verizon Communications Inc. Para Bernstein Research, existe "un creciente riesgo de apropiación de activos o de imposición de unas tasas draconianas ya que Telefónica parece una atractiva gallina de los huevos de oro tanto para el presidente Chávez como para los inversores europeos". Los portavoces del Ministerio de Finanzas venezolano no quisieron hacer comentarios.

Telefónica ha dicho que no está interesada en salir de Venezuela, y la entrada de dólares por el repunte de crudo podría mejorar sus oportunidades de cambiar bolívares a la tasa oficial.