La causa principal, al igual que le ha pasado a otras grandes empresas japonesas, es la revalorización del yen que erosiona las ganancias de Sony una vez repatriadas, además de la caída en las ventas en el mercado de pantallas planas de televisión y otros productos electrónicos.


Sony anunció recientemente una profunda reestructuración para hacer frente a desafíos económicos que supondrá el recorte de 16.000 empleos.