Rolls-Royce anunció el pasado enero que eliminaría 2.300 puestos de trabajo a lo largo del 2008.

La empresa señaló entonces su intención de minimizar los despidos forzosos, recurrir, en la medida de lo posible, a bajas pactadas o naturales, y renunciar a nuevos reclutamientos.

Bernie Hamilton, del sindicato "Unite", calificó el nuevo anuncio de Rolls-Royce de "decepcionante en extremo" y dijo que la empresa ha eliminado ya en el pasado demasiados puestos de trabajo.

"Si tienen que producirse bajas en Gran Bretaña, éstas deben ser voluntarias", señaló.

El representante sindical instó al Gobierno a apoyar a la industria británica y a animar a las empresas a retener a sus trabajadores de modo que cuando mejoren las condiciones del mercado, el país no se encuentre con una escasez de mano de obra cualificada.

"Tenemos una industria espacial de primera, y debemos conservar esos empleos de alta cualificación cueste lo que cueste", afirmó.