Repsol sigue presentando una actividad frenética. Sin pausa, pero también sin prisa, la compañía acaba de colocar en el mercado bonos híbridos por valor de 750 millones con una demanda de 1.750 millones de euros. Una forma, ya saben de conseguir fortalecer el balance de la empresa sin deteriorar los ratios de capital.
A esto se suma la renovación del acuerdo suscrito con Microsoft, por el que Repsol le suministra energía verde, eólica y fotovoltaica para sus operaciones en Europa, mientras que la tecnológica proporciona a la española la ampliación de las soluciones de sus servicios en la nube, de Azure y también del ámbito de la inteligencia artificial.
Además la compañía sigue buscando socio para su filial comercial, Repsol Clientes, valorada en 10.000 millones de euros y con 24 millones de clientes, con propuestas, como indica Cinco Días de cuatro fondos. Brookfield, KKR, Macquarie y Allianz. En principio la opción que cobra más fuerza es encontrar una presencia de hasta el 25%, sin salida a bolsa ni mayor porcentaje de participación.
Todo ello sin olvidar que va a construir en Puertollano, en Ciudad Real, con una inversión de 12 millones de euros, una fábrica para reconvertir espuma de poliuretano, el material con el que están hecho los colchones, los sofás y también los asientos de los coches. Una planta que podría estar lista en 2022, a finales de ese año y que podría llegar a reciclar el equivalente a 200.000 colchones anuales. Y su inversión en Tarragona que según ha dicho Antonio Brufau su presidente alcanzará los 1.400 millones de euros hasta 2025.
En su gráfica de cotización, vemos como el valor del Ibex 35 parece que ha topado con la resistencia de los 11 euros por acción, que vimos momentáneamente en el valor el pasado 4 de marzo y que no ha sido capaz de superar. Es más, suma siete sesiones al cierre en negativo con pérdidas acumuladas del 5%. Sin embargo en lo que va de año sigue siendo uno de los mejores valores del Ibex con avances del 26,3%
Además este viernes se celebra la Junta telemática de la compañía, en la que se votará el dividendo reducido. El pago de 0,30 euros por acción el próximo 7 de julio con cargo a los resultados del pasado ejercicio, así como la recompra de hasta 40 millones de acciones propias como máximo, el 2,58% de su capital, que corresponden al dividendo flexible de enero de 2021, que se amortizarán.
El valor alcanza una puntuación ligeramente a la baja de 8 puntos totales de los 10 posibles en los indicadores técnicos premium de Estrategias de Inversión. Presenta el valor una tendencia alcista a medio y largo plazo, momento total positivo, tanto lento como rápido y volumen creciente a medio plazo. Mientras la volatilidad se muestra en negativo, creciente en ambas vertientes y el volumen a largo plazo decreciente.
Repsol “perfila argumentos de agotamiento alcista, como son; (1) una reducción importante en la actividad de contratación y (2) lecturas de sobrecompra extrema en el oscilador MACD, todo ello, aderezado por la proximidad a niveles estructurales o de largo plazo importantes”. De este modo, señala “no deberíamos obviar un escenario correctivo que no debería comprometer el proceso de recuperación de medio plazo mientras no vulnere la directriz creciente que parte desde los 4,875 euros por acción”, tal y como indica el analista técnico de Ei, José Antonio González.
Repsol en gráfico diario con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación