Los resultados del 3º trimestre deberían ser sólidos, gracias un fuerte crecimiento de la demanda de los países emergentes y a la eficiencia operativa. Sin duda, desde un punto de vista europeo, el dólar ofrece menor apoyo que durante el peor momento de la crisis del euro, pero se mantiene en niveles inferiores a los del año pasado.

Las valoraciones de los mercados de renta variable siguen siendo muy atractivas, sobre todo en un contexto de tipos de interés muy bajos y de crecimiento sólido de los resultados. Los flujos constituyen la principal novedad de este otoño. La liquidez es abundante, y podría ser mayor si se adoptan nuevas medidas más flexibles (EE.UU., Japón). Las empresas disponen, la mayor parte de ellas, de reservas de ahorro importantes; y, en consecuencia,  se reactivan las fusiones-adquisiciones, no solo en los países emergentes (donde los importes son superiores a los de Europa) sino también en EE.UU. Otra alternativa de inversión para las empresas son las recompras de las acciones, que han resurgido de manera espectacular.

En un entorno de tipos de interés muy bajos, donde las alternativas de inversión son pocas, la renta variable constituye un activo atractivo para muchos inversores, incluso para los institucionales, que hasta el momento están estructuralmente vendedores.

Mantenemos un punto de vista optimista en cuanto a los mercados europeos de renta variable, privilegiando las compañías expuestas a los países emergentes, y particularmente aquellas en las que crece el poder adquisitivo del consumidor en estos países (lujo, distribución, automoción), y reduciendo nuestra infra-ponderación en valores financieros, menos penalizados que lo previsto por Basilea III.