La Ley tiene sus pros y contras, por un lado, busca frenar la guerra de captación de pasivo con tipos que luego puede resentir las cuentas de resultados de Bancos y Cajas, pero por otro lado rompe de alguna manera la libre competencia y perjudica al ahorrador, es como si por ejemplo pusiesen un límite de rebaja a un producto textil o de alimentación.

En la práctica aún no sabemos cual ha sido el resultado de esta medida, ya que hasta que finalice el trimestre, los bancos no informarán al Banco de España sobre que importes han estado por encima del límite y en Octubre realizarán el pago al FGD.


Lo que si ya hemos visto, es cómo casi siempre la realidad se ha impuesto, y que después de una bajada en las primeras semanas, muchas entidades pequeñas y medianas con necesidad de liquidez y dificultad de conseguirla (ha coincidido en estos meses con el diferencial de la deuda en máximos) han recurrido a ofertas a medio plazo, normalmente de un año, para ofrecer rentabilidades alrededor del 4%.

Pero también muchas otras se han centrado en otros productos, especialmente de Renta Fija y Fondos Garantizados, para captar recursos con el reclamo de intereses por encima del mercado, pero muchas veces sin explicar sus riesgos.

El peligro de la renta fija

En estos días que se habla de una recompra de las participaciones preferentes de Caja Mediterráneo con grandes pérdidas para el inversor o como las acciones del Banco Santander cotizan por debajo del 60% del valor de canje de sus bonos convertibles (canje que se hará la próxima primavera) quedan más que patentes los riesgos de invertir en productos de renta fija, más allá del cobro de un cupón.

Hemos puesto como ejemplo dos casos extremos, pero tener siempre claro que la Renta Fija cotiza y sus precios varían por plazo y tipos de interés de mercado, es una lección que nunca debemos olvidar.

Por ello si queremos aprovecharnos de su cupón, es más seguro hacerlo a plazos más cortos y no invirtiendo gran parte de nuestros ahorros para no tener la necesidad de asumir pérdidas. Igualmente hay que ver en que mercado cotizan o si hay compromiso de recompra, existen muchos inversores literalmente colgados con obligaciones,bonos y cédulas que cotizan en el mercado de corros y que aunque tienen ordenes de venta asumiendo pérdidas no se venden porque sencillamente no hay comprador para estos productos.

Así, un ejemplo actual, tenemos los 5.000 millones de euros, ampliables a 7.500 millones, en pagarés que Banco Santander está vendiendo a sus clientes por su extensa red de sucursales. Más plazo, más interés ¿Pero qué pasa si necesitamos el dinero antes? Por ello ajustémonos a nuestras necesidades financieras aunque ganemos menos.

Fondos Garantizados y ventanas de liquidez

Los productos de inversión colectiva garantizados son otros “clásicos” reclamos para captar pasivo. Aquí el problema de liquidez no suele existir, pero la posibilidad de pérdida si no esperamos a que se cumpla la garantía (ojo, también ganancia) existe.

Lo que si tenemos que tener en cuenta es un aspecto nuevo, y es que los reembolsos de los primeros meses suelen estar muy castigados (comisiones de hasta un 5%, máximo que establece la legislación actual) debido a que deshacer inversiones a largo plazo, es costoso para la gestora de fondos, más en las primeras etapas.

Las altas comisiones de reembolso se suelen mantener durante toda la vida del producto, pero a cambio la mayoría suelen determinar unas fechas anualmente en la que poder vender parcial o totalmente el fondo sin que se pague comisión de reembolso. Estas denominadas ventanas de liquidez pueden facilitarnos el reembolso, pero al ser fechas acotadas, puede que coincidan en momentos de pérdidas.

Por todo ello, crear una cartera equilibrada, en el que tengamos inversiones diversificadas es fundamental, y de esa parte que tenemos en liquidez, no destinarla a productos que puedan fluctuar y por tanto no sean válidos para cubrir alguna necesidad o aprovechar nuevas posibilidades.

Antonio Gallardo. www.iahorro.com