Caída de precio de la vivienda, del volumen de compra-venta, del volumen de casas iniciadas… y por otra parte, incrementos en el stock de viviendas sin vender o del suelo (alguno comprado a precio de oro) que ha quedado sin edificar. Creo que tenemos datos suficientes como para concluir que el mercado del ladrillo sigue tocado y hundido.

La caída del precio de la vivienda disparó la preocupación entre las entidades bancarias que para enmendar los errores del pasado, decidieron restringir el crédito hacia un selecto grupo de ciudadanos y propició una especie de sin sentido; aquellos que están calificados para contraer un crédito no lo necesitan/no lo desean, y aquellos que lo desean, no pueden acceder al mismo por no cumplir con los requisitos exigidos. El otro handicap al sector del ladrillo, nos llega desde el prolongado deterioro que sufre el mercado laboral español. Por un lado, porque potencia las dificultades de las familias para llegar a fin de mes y cumplir con el compromiso de pago de las deudas contraídas en un pasado próximo de consumo desmedido, y por otro, porque impide que los ciudadanos puedan tener acceso al endeudamiento necesario para materializar la compra de la vivienda.


A pesar de ello, en las últimas semanas e incluso meses, hemos visto mucha alegría en los valores cotizados del sector construcción e inmobiliario. A mi entender y por los datos anteriormente expuestos, no como síntoma de recuperación del sector, sino más bien debido a la oportunidad que ha concedido la mejor percepción de España (relajación de curva de tipos y de la prima de riesgo) a los sectores más duramente castigados cuando España estaba bajo el influjo de un efecto contagio de la crisis de la periferia europea. Resumiendo, que la mejora que han experimentado los valores relacionados con el sector inmobiliario-construcción, la atribuyo a la mejor percepción de riesgo de España y que ha propiciado la compra de aquellos valores de la bolsa española, más duramente castigados en el pasado.

Lamentablemente, no creo que se haya visto todo en esta crisis de deuda de la periferia europea… Así, que mientras dure la calma, disfruten del recorrido alcista que ofrecen las constructoras, inmobiliarias, bancos… pero, recuerden hacer caja ante el más mínimo síntoma de debilidad y así, evitar disgustos innecesarios. Les recuerdo además, que algunas de ellas no gozan precisamente de elevada liquidez y esto supone elevada volatilidad y potenciales dificultades para salir del valor. Insisto, disfruten de las rentabilidades pero mantengan la alerta…

A continuación se muestran los espectaculares avances que han tenido lugar en las inmobiliarias españolas. No obstante, por la inconsistencia de los mismos en el corto y medio plazo, recomiendo realizar beneficios en ½ de la posición de los valores más ilíquidos como Quabit (0,197), Colonial (0,085), Reyal Urbis (1,29) y Renta Corporación (1,58) y un stop para el otro ½ de la posición (el que consta en el paréntesis). Sería más permisiva en el caso de Sacyr Vallehermoso; el nivel a considerar para realizar ½ de la posición lo situaría en los 6,73 y cerraría la totalidad de la posición con la pérdida de los 5,90.