El director de recursos humanos, Jean-Luc Vergne, insistió en que en este contexto "lo peor sería no hacer nada" porque eso podría poner en riesgo la empresa y sus 200.000 empleos.

"En 2007 demostramos que sabíamos resolver nuestros problemas de adecuación de efectivos sin conflictos, sin dramas humanos, conforme a nuestro compromiso de no dejar a nadie frente a su problema de empleo", comentó Vergne, antes de añadir que "sabremos arreglar en este mismo espíritu nuestras dificultades actuales y saldremos de la crisis reforzados y más competitivos".

PSA Peugeot Citroen ha convocado una reunión extraordinaria del comité de empresa el próximo 2 de diciembre para tratar de este recorte de plantilla.

En su comunicado, la empresa automovilística indicó que en su planta de Rennes (noroeste de Francia) hay un excedente de unos 900 obreros, ya que los vehículos de gama alta que allí se fabrican son los que más sufren el recorte de las ventas.

Por eso van a transferir 900 empleados de Rennes a las factorías también francesas de Sochaux, Mulhouse, Aulnay, Poissy, entre otras.

Además se suprimirán 850 puestos de las mismas instalaciones de Rennes, cuyo futuro -según PSA- "no está en absoluto en cuestión", sino que junto al nuevo Citroen C5 que se ha lanzado comercialmente este año, tendrá un nuevo vehículo previsto para finales de 2010.