Es momento sin embargo, frente al muy positivo balance del arranque de este año que está un 10% arriba desde enero a nivel global, de poner atención a lo que puede ser el próximo trimestre, durante el cual no contaremos con el apoyo de los bancos centrales y pesarán las dudas sobre el crecimiento y las consecuencias de la subida del crudo. Parece razonable en este contexto revisar la asignación de activos y tomar posiciones defensivas de cara al próximo trimestre.

Además de las referencias correspondientes a las subastas de deuda en España, Alemania, Francia e Italia, esta semana serán relevantes los datos de confianza del IFO en Alemania, que también publicará su tasa de desempleo del mes de marzo, y las cifras de ventas de vivienda y peticiones de desempleo en Estados Unidos, donde además conoceremos el dato de confianza del consumidor por la Universidad de Michigan. Francia y Reino Unido darán cifras de PIB.

Destacan los resultados empresariales de Best Buy, RIM, Telecom Italia, H&M, UniCredit y Walgreen.

ELECCIONES AUTONÓMICAS

Respecto a las elecciones del fin de semana, una victoria en Andalucía era importante para el PP porque le aseguraba al Gobierno de Rajoy la ausencia de cualquier oposición seria, facilitando con ello una nueva entrega de reformas y recortes, que ahora estará centrada en los temas más sensibles y relacionados con los servicios básicos como sanidad y educación. Sin embargo ahora Rajoy estará en una posición menos cómoda para imponer su voluntad a las Comunidades Autónomas, trasladando al ámbito regional la austeridad, con efectos sobre educación y sanidad, competencias transferidas sobre las que se abre la puerta al "repago". Adicionalmente veremos despidos en el sector público y una nueva subida de impuestos (la subida del IVA parece inevitable).

Hace diez días España llegó a un acuerdo con sus socios de la Eurozona para recortar el déficit público hasta el 5,3 % este año, cifra que aunque está por encima del 4,4 % inicialmente comprometido, todavía constituye un recorte severo. El gobierno mantiene además su compromiso de reducir el déficit al 3 por ciento el próximo año. Los números son tozudos y en las condiciones actuales son cifras imposibles de alcanzar salvo que se adopten drásticas medidas de recorte que por motivos electorales no han sido todavía anunciadas. Sin embargo el tiempo apremia y si el PIB sigue reduciéndose, el desempleo sigue aumentando y el déficit sigue sin control, España se enfrentaría a un riesgo creciente de conflicto social abierto y renovados temores en el mercado de deuda a una mayor presión de los socios europeos. El viernes podremos tener una primera idea sobre los presupuestos de 2012, determinantes en este sentido.