Es interesante dicho desacoplamiento porque es previsible que permita al mercado contiuar con las alzas esta semana, apoyado por los recientes buenos datos macro en la primera economía mundial, que se beneficia además de un entorno poco inflacionario y precios de las materias primas bajo control, con la excepción del petróleo, que refleja la tensión del conflicto en Irán y que seguirá aportando volatilidad al mercado, al igual que las declaraciones que puedan producirse al respecto de la crisis de deuda europea, las cuales no deberían tener un impacto más que puntual. El almuerzo que hoy celebran Nicolas Sarkozy y Angela Merkel, centrado en la preparación de la cumbre del día 30 de enero, más allá de las habituales palabras y lineas generales no debería aportar grandes anuncios, tampoco sobresaltos.
En cuanto al anuncio sobre la decisión de tipos de interés por parte del BCE, no esperamos novedades adicionales ni una nueva rebaja de tipos a pesar de la caída de la inflación en Europa, tras las últimas medidas de apoyo a la banca, que han alejado el peligro de un credit crunch pero no logran que el crédito llegue a la economía. Con nueva subasta de liquidez a la vista en la agenda de febrero está prácticamente descartado que se pongan en marcha nuevas acciones para dar liquidez al sistema. Lo más probable, después de las ultimas acciones de Draghi es que el BCE espere y vea el efecto en el mercado de dichas acciones y que prosiga sus compras de bonos al ritmo habitual.
Por lo tanto semana con sesgo alcista y protagonismo norteamericano en la que los indicadores de riesgo a vigilar siguen estando en la rentabilidad de los bonos de España e Italia y evolución del conflicto en Irán, centrado esta semana en la gira asiática que llevará a Timothy Geithner a los principales países importadores de crudo iraní, en un último esfuerzo estadounidense por presionar los ingresos petroleros de Irán y forzar el abandono de su presunto programa de armamento nuclear.