Paulson considera además que “una vez que hayamos concluido este período de estrés en el mercado necesitamos iniciar el trabajo serio de modernizar y reformar la estructura, que requerirá una gran cantidad de discusión y muchos años para ser completada", indicó Paulson. El plan básico del Tesoro mejoraría considerablemente los poderes de supervisión de la Reserva Federal -y aumentará el nivel de responsabilidad- sobre todo el sector financiero, incluyendo a los bancos de inversión. Los pedidos de ese tipo de supervisión han aumentado como resultado de las iniciativas recientes de la Fed para reducir los efectos de la crisis inmobiliaria y crediticia sobre los mercados financieros y la economía.La revisión del sistema, plasmada en un informe de 218 páginas, fue iniciada en marzo del año pasado, en vísperas de la aparición de los primeros signos de graves problemas en los mercados, que aún no se han resuelto.Paulson enfatizó que la propuesta, que requiere aprobación por parte del Congreso, "no debe ni será" puesta en marcha antes de que se solventen las dificultades actuales y ha dicho que será una tarea de muchos años, con lo que pasará a las manos de quien gane las elecciones presidenciales en noviembre próximo.El plan contempla eliminar o fundir una sopa de acrónimos de agencias reguladoras bajo la dirección de tres entidades.En lugar de regular a las instituciones financieras de acuerdo con su tipo, esas entidades seguirán tres objetivos respectivos: vigilar la estabilidad de los mercados, ocuparse de la salud financiera de los bancos y garantizar la protección a los consumidores e inversores.La Reserva Federal se encargará de la primera tarea, con el nuevo poder de investigar las cuentas de los bancos de inversión, fondos de riesgo, compañías de seguros y cualquier otra institución que amenace la estabilidad del sistema financiero.Las otras dos entidades reguladoras serán de nueva creación.Paulson también propuso establecer una comisión federal que vigile la forma en que los bancos otorgan hipotecas, un negocio que actualmente está regulado casi íntegramente por las autoridades estatales.En el apogeo del "boom" inmobiliario, los bancos extendieron préstamos a personas que claramente no podían permitírselos, con la expectativa de que los precios de la vivienda seguirían subiendo y podrían vender la casa posteriormente.Por ello, no es una sorpresa que la caída del valor de las casas también haya traído un salto en la morosidad y los desahucios.Además, el secretario del Tesoro sugirió fundir la Comisión del Mercado de Valores, la agencia principal que regula a las empresas de Wall Street, con la Comisión del Mercado de Futuros de Materias Primas.