El presidente del BCE explicó que el cometido del consejo de esa institución es adoptar una política monetaria que mantenga estables los precios a medio plazo y para ello dependen de su propia credibilidad. Aseguró que si cambian de opinión y se olvidan de la inflación, todo el mundo se empezaría a preocupar inmediatamente por lo que pasaría con el IPC en los siguientes años y hasta dónde podrían llegar los tipos de interés. Esa situación, con una divisa poco estable y poco previsible, incrementaría con creces las primas de riesgo de los bancos, en su opinión, de modo que los créditos y las hipotecas sería más caros.Insistió en que el discurso del BCE no está en contradicción con el crecimiento económico y la creación de empleo, y que ofrece la "credibilidad de una institución muy creíble". El enfriamiento ante posibles bajadas de tipos -actualmente en el 4%- que rezuma el discurso de Trichet coincide con sus ideas expresadas en días pasados, incluidas las de la tarde de ayer en Barcelona.Trichet, que se expresó ante decenas de empresarios y economistas, como el ex director general del Fondo Monetario Internacional, Rodrigo Rato, o el presidente del BBVA, Francisco González, habló de las reformas estructurales que, a su juicio, necesita con urgencia la Unión Europea. Aseguró que
esos cambios son de vital importancia para aumentar el crecimiento del empleo y la productividad, claves a su vez para mejorar los ingresos de las familias y la calidad de vida.Explicó que entre 1995 y el 2007, el crecimiento medio de la economía de Estados Unidos (3,1%) ha sido superior al de Europa (2,2%) gracias a las mejores tasas de crecimiento de empleo, de productividad y a las tendencias demográficas (mayor natalidad) del otro lado del Atlántico.Desde su punto de vista, se debe mejorar la competitividad entre las empresas y la flexibilidad en las contrataciones (actualmente existe "mucha rigidez") para aumentar el empleo entre los jóvenes con trabajos a tiempo parcial o temporales, por ejemplo. Trichet se refirió a "impresionante éxito" de Irlanda, Holanda o Dinamarca, donde las tasas de paro están por debajo de la media europea gracias, entre otras cosas, a una política de reducción del IRPF y mayor dureza en la obtención del subsidio por desempleo.Apuntó que otro elemento clave para aumentar el empleo y la productividad es la competencia, un aspecto que, a su juicio, es "insuficiente" en el sistema financiero europeo y perjudica a los ciudadanos europeos pese a contar con una moneda única. En cuanto a la crisis financiera, el presidente del banco emisor europeo se preguntó de qué forma podrían compensar las economía emergentes de Asia, Latinoamérica o incluso de Europa el nuevo entorno, con una país como Estados Unidos en "desaceleración, no digo que en recesión".Señaló que no podía responder a la pregunta pero que la Unión Europea "mantiene el crecimiento"
. No se olvidó de citar a las agencias de calificación de riesgo, acusadas por algunos de tener parte de culpa de la crisis hipotecaria de Estados Unidos por no advertir del riesgo a tiempo, y dijo que esas empresas debían mejorar su funcionamiento