Irlanda aprobó esta semana la posibilidad de acceder al Fondo de rescate para recibir 22.500 millones de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de la UE.

En concreto, la agencia justificó su decisión de rebajar la calificación irlandensa en la incertidumbre creciente respecto a las perspectivas económicas del país, el deterioro de la fortaleza financiera del Gobierno irlandés, y la situación de sus bancos.