No pasa el sector de las aseguradoras por su mejor momento en España. Hace sólo unos días, la patronal del sector, Unespa, publicaba un informe en el que señalaba que los ingresos de las entidades aseguradoras por la venta de pólizas en España bajaron el año pasado un 0,7%. Una caída que se había producido por la caída de las primas de vida. En concreto, las ventas por seguros de vida cayeron un 5,57% el año pasado, aunque las de no vida crecieron un 3,9%.
Señalaba Unespa, que el seguro de automóviles, el más ligado a la evolución de la renta de los hogares y una de las líneas de ingresos más castigada durante la crisis, se había incrementado un 3,37%, su tercer aumento tras seis años de contracción. También mejoró algo más de un 4% la rama de salud.
Sin embargo, en bolsa los inversores no sólo se fijan en cómo va el negocio en general, sino en las especificidades de cada una de las compañías. Y Mapfre y Grupo Catalana Occidente tienen algunas diferencias. Una de ellas es la fuerte diversificación internacional de la primera de ellas, por lo que es una de las perjudicadas cuando se habla de divisa. La segunda depende mucho más del seguro de crédito.
Pero si hay algo que perjudica o relanza a las aseguradoras en bolsa es la evolución de la renta fija y en estos momentos se trata de un tema candente. Tradicionalmente -y esto es algo que va cambiando con el paso de los años-, las compañías del sector tenían la mayor parte de las primas de sus aseguradas invertidas en bonos. Con la rentabilidad que había ofrecido la renta fija en las últimas décadas, muchas de estas compañías sólo tenían que sentarse sobre el colchón de sus papeles a esperar a desembolsar el dinero a sus asegurados, pero eso es algo que cambió bruscamente con la crisis financiera y, sobre todo, con la crisis de la deuda soberana en 2012.
Desde hace unos años las aseguradoras están buscando cómo diversificar estas fuentes de inversión.
Pero, ¿con cuál de las dos firmas habrían obtenido unos mejores resultados los inversores españoles?
En lo que va de año, Catalana Occidente se comporta algo peor, al caer algo más de un 1%, frente a la subida de un 1,7% de su rival. Pero este comportamiento no es significativo.
Cuando se mira en el largo plazo, puede observarse que en un año, las acciones de Catalana Occidente suben un 15%, frente a la caída del 4,5% de Mapfre en este tiempo.
En cinco años, Catalana Occidente sube un 132%, frente al 25,5% que ha subido Mapfre.
Los analistas también son más optimistas con Catalana Occidente en el futuro, ya que la recomendación media es la de comprar con un precio objetivo de 38,4 euros por acción, lo que implica un potencial del 5%.
Por el contrario, la apuesta media por Mapfre es la de mantener con un precio de 2,89 euros por acción, muy cerca del nivel en el que cotiza actualmente.
Los Indicadores Premium de Estrategias de Inversión señalan en una mejor posición a Catalana Occidente, que tienen siete puntos de los diez posibles.
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Por otro lado, Mapfre tiene cinco de los diez puntos que otorgan este conjunto de filtros técnicos a los valores cotizados españoles.
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