Los precios de las exportaciones no petroleras bajaron un 0,4%; los precios de los bienes de capital cayeron un 0,4%, y los precios de los suministros industriales, excepto el petróleo, cayeron un 2%. Hace uno o dos años el aumento de los precios de los bienes importados impulsaba las presiones de inflación, y la fuerte demanda global elevaba los precios de los materiales y suministros industriales, incluidos el petróleo, los compuestos químicos y los plásticos.

Todo esto ha cambiado desde que la economía global entró en la peor recesión desde la Segunda Guerra Mundial.

El debilitamiento de la demanda ha desinflado los precios y la cotización del dólar estadounidense se ha fortalecido porque muchos inversores en todo el mundo creen que los activos en EEUU pueden ser más sólidos que en otras partes.