Ese paso no se está dando en los mercados por falta de confianza, que es el gran problema que padecen ahora los mercados, que "nadie confía en nadie", destacó Roig. Nuria Alvarez, de Renta 4, defendió que estas intervenciones extraordinarias de los bancos centrales para proveer de fondos a la banca demuestran que la crisis está lejos de terminar, algo que confía en que ocurrirá hacia 2009, cuando todas las entidades "muestren sus cartas", es decir, que revelen su situación real y su exposición a los productos contaminados.En su opinión, de esa manera se evitará que las entidades "salgan con quiebras de la noche a la mañana", con el consiguiente pánico generalizado en los mercados.Otros expertos que no quisieron ser citados insistieron en que
las medidas tomadas esta semana son "pan para hoy y hambre para mañana", pese a que la de macro-inyección de hoy ha sido en dólares, una de las monedas más demandadas por las entidades financieras para cubrir sus necesidades de liquidez.En opinión de los analistas, la falta de liquidez impulsará las fusiones en el sistema financiero, como la que hoy anunciaron los británicos Lloyds TSB y HBOS. Daniel Rojí pronosticó que "sólo sobrevivirán los que no se hayan metido en productos bancarios complejos", aunque estos "matrimonios" no tendrán lugar de momento en España o al menos no entre los bancos, puesto que entre las cajas de ahorros sí podría haber alguna unión.Entre las entidades que están haciendo mejor las cosas, Rojí citó al Santander, "uno de los grandes ganadores", que ahora mismo "está a la expectativa" después de que "se le escapara" el Postbank alemán
, por lo que está esperando una buena oportunidad para lanzarse cuando consiga vender su participación en Cepsa.Pero, a juicio de este experto, la confianza no volverá a los mercados hasta que las entidades opten por la transparencia, es decir, hasta que "abran sus libros" y empiecen a reconocer y a intentar solucionar sus problemas. La inyección de hasta 180.000 millones de dólares anunciada hoy por la Reserva Federal, en coordinación con el Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra, el Banco de Canadá, el Banco de Japón y el Banco Nacional de Suiza, propició que en el mercado interbancario, el tipo de interés a un día pasara del máximo del 4,53% al 3,99%.