El balón de oxígeno que supuso la intervención de las autoridades estadounidenses para evitar la quiebra de las dos mayores hipotecarias del país aún tiene efecto, aunque los inversores podrían necesitar pronto respiración asistida. No en vano, las pocas referencias que manejan los inversores no invitan al optimismo y el Ibex35 no acaba de decidirse. La indefinición y la volatilidad es de nuevo protagonista en una sesión semifestiva en Madrid. El ministro de economía y hacienda, Pedro Solbes, ha señalado que el crecimiento económico del país es cercano a cero y
hay posibilidades de que la nación entre en recesión. En declaraciones a la Cadena Ser
, el titular de economía reconoció que el gobierno no trabaja con esa hipótesis, aunque tampoco la descartó. Solbes cree que la salida de la crisis podría iniciarse en la segunda mitad del próximo año y que la caída de los inicios de vivienda ya podría haber tocado fondo. En este sentido, el Reino Unido ha vuelto a dar síntomas de agonía. Las ventas en aquel país cayeron en el tercer trimestre hasta su nivel más bajo en 30 años. Según el Royal Institute of Chartered Survevors, las agencias inmobiliarias británicas vendieron una media de 12,7 casas durante el tercer trimestre, lo que supone un 47% menos que en igual periodo de un año antes. Además, la Comisión Europea revisará mañana a la baja sus previsiones económicas para la zona euro y aumentará las expectativas de inflación, según adelantó el comisario europeo de Asuntos Económicos y Financieros, Joaquín Almunia, al diario francés Le Figaro. Sin embargo, el Ibex35 hace oídos sordos y logra sumar un 0,23% hasta los 11.581 puntos, gracias al sector financiero y a la ligera caída que vuelve a experimentar la cotización del crudo, en una jornada en la que la OPEP decide en Viena qué hacer con sus cuotas de producción, aunque el mercado descarta un recorte. Gráfico Ibex

