En rueda de prensa, Ollé ha denunciado que algunos directores de oficinas bancarias recomiendan a sus clientes que no compren pisos en estos momentos, lo que está agravando la crisis del sector.Según Ollé, las entidades financieras fueron un actor "fuertemente excitador" de los negocios inmobiliarios en los últimos años, por lo que ahora deben asumir sus responsabilidades y facilitar la concesión de créditos hipotecarios, algo que se ha complicado demasiado "por culpa de sus problemas de confianza interna".Una de las soluciones a la actual crisis, según Ollé, pasa por el alquiler con opción a compra o por el alquiler tradicional, segmento en el que los precios se han encarecido un 10% en el último año y, en el futuro -ha vaticinado- aumentarán en sintonía con el IPC.Asimismo, Comprarcasa y el Colegio Oficial de APIs de Barcelona están estudiando la opción de ofrecer a los propietarios que no hayan conseguido vender su piso la posibilidad de subastarlo en la próxima edición del Barcelona Meeting Point, que se celebrará a principios del mes de noviembre.Entre las consecuencias positivas de la crisis, el presidente del Colegio Oficial de APIs de Barcelona ha citado el cierre de establecimientos dedicados a la compraventa de inmuebles, en su mayoría tutelados por agentes no colegiados.Las operaciones de compraventa de inmuebles con un precio inferior a 350.000 euros prácticamente se han paralizado debido a las dificultades para acceder a un hipoteca y a la necesidad de disponer de mayores ahorros para afrontar el pago de la entrada.A día de hoy, un piso usado en Barcelona cuesta de media 4.717 euros por metro cuadrado de superficie construida y pese a la crisis, sólo cerca de un 20% de los ofertantes de viviendas están dispuestos a negociar a la baja el precio de salida.