En una reunión extraordinaria que replicó a la celebrada seis horas antes en Roma por Autostrade, los accionistas del grupo español dieron el visto bueno al proyecto de integración que ha despertado críticas y susceptibilidades en el país transalpino y cuya consecución dependerá en última instancia del plácet del Ejecutivo de Romano Prodi, que ha amenazado con retirar las licencias a Autrostrade si la fusión continúa sin la autorización estatal. El nuevo Gobierno de centro-izquierda italiano y la agencia estatal de autopistas ANAS ha presionado a Autostrade para que se comprometa formalmente en asuntos como las inversiones y una estructura accionarial equilibrada antes de dar su visto bueno a la fusión.