Ese banco de inversión se declaró en suspensión de pagos hace dos semanas al no encontrar un comprador dispuesto a absorberlo y después de que Washington optara por dejarlo morir, al contrario de lo que hizo con Bear Stears.Ese último colapsó en marzo pasado y fue absorbido por JPMorgan Chase a través de una operación impulsada por el Tesoro de Estados Unidos y la Reserva Federal, que asumió cerca de 28.800 millones de dólares que el banco de inversión mantenía en forma de deuda de muy difícil recuperación.La venta se anunció en un lunes negro en los mercados financieros de todo el mundo, con el colofón en Nueva York de haberse registrado la mayor caída por puntos en la historia de Wall Street, ante la negativa de la cámara baja de Estados Unidos a aprobar el plan de rescate financiero diseñado por Washington.