Las quejas contra los bancos se incrementan, aludiendo que las nuevas leyes y regulaciones puestas en marcha desde hace dos años cuando comenzó la crisis financiera no calman el enfado de los americanos sobre los honorarios y las prácticas de ejecución ellos ven como injustas.

Los expertos aseguran que si esta tendencia continúa, podría haber mayor colisión entre los bancos y sus clientes además de conducir hacia reglas más resistentes que harían daño a sus ingresos.

La Oficina Comptroller of the Currency estima que las quejas de los clientes de los 1,500 bancos que regula se situarán en 80,000 este año, el nivel más alto registrado en los últimos 15 años y más que doble el total 2008.