La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) está cerca de concretar un contrato de intermediación bursátil que allanará el camino para que el Gobierno adquiera hasta un 10% de las acciones de Telefónica. Este proceso implica la evaluación de entidades financieras nacionales y extranjeras para llevar a cabo la transacción.

Desde fuentes del mercado se anticipa que la adjudicación del contrato está próxima y que, aunque se cuentan con bancos extranjeros en la terna, entidades financieras españolas como BBVA y Caixabank tienen mayores posibilidades de liderar la intermediación bursátil en la operación. Ambas instituciones ya forman parte del accionariado de Telefónica con un 5% cada una, constituyendo lo que se conoce como el 'núcleo estable'.

SEPI también ha asignado el contrato de asesoramiento para la entrada del Gobierno en Telefónica, aunque no se ha revelado la entidad responsable. En paralelo, se están estudiando los detalles de financiación específica para la compra del 10% de Telefónica, con el ministro de Economía destacando la importancia de este proceso en medio de las negociaciones presupuestarias.

La decisión del Gobierno español de adquirir una participación en Telefónica busca fortalecer su estabilidad accionarial y preservar sus capacidades estratégicas para salvaguardar los intereses nacionales. Esta movida se enmarca en prácticas similares en otros países europeos, como Alemania, Francia e Italia, que participan en accionariados de empresas de telecomunicaciones.

Tras la compra del 10% de las acciones de Telefónica por parte de SEPI, la entidad se convertirá en el principal accionista, superando a la 'teleco' saudí STC y al núcleo estable compuesto por BBVA y Caixabank. Esta posición permitirá a SEPI obtener un asiento en el consejo de administración de Telefónica, consolidando su influencia en la compañía.