En concreto, Fitch dice que una ralentización del mercado inmobiliario podría actuar como un lastre para el crecimiento económico, reduciendo la demanda de otras actividades de construcción. Además, las condiciones de financiación para las constructoras podrían ser más duras y caras.Fitch dice que las constructoras con buenos fundamentales, como programas de infraestructuras con gobiernos,
serán más capaces de soportar la ralentización.La agencia también espera niveles altos de diversificación de negocios para proteger a las principales constructoras españolas. Tras años de fuerte crecimiento, la inflación del precio de la vivienda en España se ha ralentizado desde 2005 debido a mayores tipos de interés en términos reales, menor capacidad de adquisición y problemas de exceso de oferta.