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Ana Botín, durante una visita a Brasil, país donde el banco cuenta con un importante programa de microcréditos. 

A menor educación financiera, mayor fragilidad en caso de emergencia económica. En un momento como el actual, en el que la pandemia sanitaria amenaza con causar estragos en las economías de todos los países, la inclusión financiera se convierte en un elemento indispensable para poder abordar algunas de las cuestiones básicas que afectan a la vida y al trabajo cotidiano. 

Con alrededor de 1.700 millones de personas adultas en el mundo aún no bancarizadas, algunos bancos están redoblando esfuerzos y recursos para facilitar las herramientas necesarias a quienes más lo necesitan, no sólo mejorando sus conocimientos -un elemento imprescindible a la hora de reducir las desigualdades- sino también a través de la financiación. Un ejemplo es Banco Santander. Su presidenta, Ana Botín, ha dejado claro en más de una ocasión cuál es su hoja de ruta: “La responsabilidad es la base de la confianza. Podemos jugar un papel relevante para asegurar que el crecimiento es inclusivo y sostenible. Inclusivo combatiendo la exclusión financiera, ayudando a emprendedores a lanzar sus compañías y crear puestos de trabajo y, por supuesto, ayudando a las personas a acceder la educación. (…) Sostenible contribuyendo activamente a un sistema económico y social más balanceado e inclusivo (…) Y no hay duda de que la tecnología hace posible que los bancos cumplamos con esta misión de ser más responsables de forma que no era posible hace tan solo una década”. 

 

Santander, comprometido con la banca responsable

Banco Santander no sólo está comprometido con este ambicioso objetivo de banca responsable, sino que ha puesto números a este reto: empoderar a 10 millones de personas en cinco años. La estrategia de inclusión y empoderamiento financiero del grupo se basa en tres pilares: acceso, educación financiera y financiación. “Ayudamos a las personas no bancarizadas o financieramente vulnerables a acceder y usar servicios financieros básicos, con productos y servicios específicos para rentas bajas e iniciativas para hacerles más comprensibles los conceptos económicos que les permitan tomar mejores decisiones”, añaden. Uno de los focos principales está en Latinoamérica, donde Banco Santander cuenta con una importante presencia en los principales países: Brasil, México, Chile, Argentina y Uruguay. Sólo en esta región hay aún en torno a 300 millones de personas que no están plenamente bancarizadas.

Primer pilar de Santander: Facilitar el acceso a los servicios financieros

Aunque aún existen numerosos obstáculos, la irrupción de las nuevas tecnologías, y en concreto el aumento del uso de móviles a nivel mundial e internet, están facilitando el acceso a pequeñas zonas rurales hasta hace poco tiempo aisladas. Superdigital, la plataforma móvil para personas no bancarizadas de Banco Santander, es una muestra de cómo superar barreras. Este servicio, que arrancó en Brasil, está consiguiendo incorporar a cientos de miles de personas al sistema financiero y ya se ha exportado a México y Argentina. Se trata de una herramienta sencilla, segura y fácil de usar que se ha convertido para muchas personas en su principal canal de servicios bancarios. Esta forma de hacer banca sin banco permite ingresar, sacar o pagar dinero aunque no tengas cuenta bancaria. Según los datos facilitados por el grupo en el Informe Anual de 2019, la plataforma tiene cerca de 500.000 usuarios activos y esperan llegar a los 5 millones en 2023 en siete mercados latinoamericanos. En Brasil, el mayor mercado de Superdigital, ofrece acceso a servicios financieros a micro emprendedores individuales que utilizan la plataforma para pagar a proveedores y recibir pagos de clientes y empresas con un gran volumen de nóminas que los grandes bancos normalmente no suelen atender. 

Además, Santander facilita el acceso físico a los servicios financieros. Algunos ejemplos son la posibilidad de realizar operaciones básicas a través de más de 26.000 tiendas de conveniencia, como Oxxo y 7-Eleven, en México, o sucursales de inclusión financiera en barrios sin cobertura bancaria y agentes remotos en Argentina.  

Segundo: Educación financiera

Pero nada de esto es posible si no se promueve una banca responsable y se dota a los colectivos más vulnerables de los conocimientos financieros que permitan entender los diferentes servicios y productos. “Queremos que las personas tengan las capacidades necesarias para gestionar sus finanzas, de forma que puedan tomar las decisiones adecuadas sobre qué productos y servicios responden a sus necesidades”, inciden en la entidad.

Banco Santander proporcionó en 2019 programas de educación financiera a 580.000 personas a través de distintos programas, entre ellas Finanzas para Mortales (España),Sanodelucas (Chile) o Tuiio, Finanzas de tú a tú (México). 

Tercero: Financiación

El tercer pilar en la estrategia de inclusión de Banco Santander es la financiación y la oferta de productos específicos dirigidos a personas que se encuentran fuera del sistema bancario. “Estos productos y servicios apoyan el desarrollo económico y social de diversas formas: ayudando a aumentar el potencial de generación de ingresos de las personas; contribuyendo a aumentar su capacidad de cubrir necesidades básicas como la educación y la salud; y ayudando a las personas a ahorrar para la jubilación o imprevistos en sus vidas”, aseguran en Santander.

Prospera, el programa líder de microcréditos desarrollado en Brasil, es una de las iniciativas estrella y, de hecho, ha sido incluido en la lista realizada por la revista Fortune 2019 Change The World que recoge las empresas que más están cambiando el mundo. Desde su creación en el año 2002, Prospera trabaja con un objetivo esencial: el crecimiento de pequeños negocios que ayudan a los más desfavorecidos a salir de pobreza. Una iniciativa que ha ayudado al crecimiento de más de 700.000 negocios, principalmente microempresas impulsadas por mujeres, que normalmente no tienen acceso al crédito. En 2019 se abrieron 56 nuevas sucursales de Prospera Santander Microfinanzas y el número de municipios atendidos ha pasado de 600 a más de 1.700. 

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También México, Argentina, Uruguay cuentan con programas de microcréditos, cada uno de ellos adaptado para cubrir las necesidades locales, con foco en financiación de capital circulante para microemprendedores. Incluso en mercados maduros, como España, Portugal o Estados Unidos, Banco Santander desarrolla iniciativas destinadas a la inclusión financiera, centradas en programas de vivienda asequible y en refinanciación de deuda “para aliviar estrés financiero de colectivos vulnerables”.