Bernanke afirmó tras la reunión que futuras decisiones de la FED en materia de tipos dependerá de “la evolución de la inflación y del crecimiento económico”. Los mercados apenas han variado su comportamiento tras el mensaje del banco central. Los vigilantes del banco central estadounidense dijeron que “la economía se desaceleró en la primera parte del año y que el ajuste en el sector de la vivienda sigue en su curso”. Éstos dijeron que la economía “parece que crecerá a un ritmo más moderado en los trimestres venideros”. El lenguaje cambió de forma ligera respecto a la reunión de marzo, donde añadieron que la inflación permanece “un tanto elevada”. Aún así, algunos analistas mantienen esperanzas de que la Reserva Federal abra las puertas a un recorte de tipos este año siguiendo los datos sorprendentemente deprimidos: el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en el primer trimestre fue de apenas 1,3%, y en abril hubo un aumento de sólo 88.000 nuevos empleos. “El mercado laboral está frío, pero no lo suficiente para preocupar a la Fed”, dijo el economista Joseph LaVorgna del Deutsche Bank, quien indicó que no prevé “cambios sustanciales” en la declaración del banco central estadounidense. “Por ahora, mantenemos nuestra predicción de un relajamiento en setiembre”, agregó. Los indicadores de inflación permanecen un poco calientes para la Fed, que ha endurecido la política monetaria desde 2001 tras un largo periodo de dinero barato. Los precios al consumidor subieron 0,6% en marzo a pesar de que los precios principales, excluyendo los alimentos y la energía, han estado controlados.