Recordemos que el cuadro que se pintaba en ese momento era el siguiente: Grecia debía a Portugal unos 10.000 millones de dólares en bonos, mientras Portugal 86.000 millones a España. Paralelamente, Irlanda estaba muy endeudada con Alemania y Gran Bretaña. Alemania, por su parte, tenía 238.000 millones de deuda española, mientras Francia 220.000 millones. Seguimos! A Italia, España le debía 31.000 millones, mientras Italia 511.000 millones a Francia o lo
que es lo mismo el 20% del PIB francés (como véis las cifras son muy manejables). En resumen: unas economías demasiado entrelazadas no podían permitir la caída de una de las piezas del dominó.
Unos 5 meses después del rescate, el BCE mantiene la compra de deuda en mínimos (después de haber gastado unos 63.500 millones en la compra de deuda de países con problemas), a pesar de que las adquisiciones tuvieron que regresar la semana pasada cuando conocimos que Fitch retiraba la AA de Irlanda. El motivo: el rescate de sus bancos podría ascender a unos 50.000 millones de euros. Actualmente, a pese a que la prima de riesgo de la deuda periférica se ha estabilizado, continúa dando sustos a los inversores.

Con Irlanda y Portugal, como telón de fondo, el domingo pasado saltaba el rumor de que el FMI podría ampliar el calendario de pago de la deuda griega si continuaban los temores de impago en el mercado. La respuesta de Alemania no se ha hecho esperar y Weber, el presidente del Bundesbank, se muestra en contra de prolongar el plazo, a la vez que pide suprimir la compra de bonos de los países con problemas, ya que ve que el “riesgo de retirar las ayudas demasiado tarde podría ser superior a suprimirlos antes de tiempo”.

De esta forma, la visión de Weber corrobora las declaraciones de Trichet, en las que afirma que hay que retirar cuanto antes las “muletas” que apoyan la recuperación económica. Sin embargo, sabrán cuál es el momento adecuado a partir del que empezará la retirada de estos estímulos, o bien, podrán evaluar que Grecia, pese a sus esfuerzos, pudiera necesitar más tiempo de lo previsto para devolver sus deudas y evitar así la caída de una de las piezas del dominó.