Por lo que respecta al capital, las pérdidas bancarias hacen deseable un entorno regulatorio más ajustado y un "replanteamiento de la política de dividendos" en algunas entidades.
En cuanto a los riesgos, el artículo explica que la gestión del riesgo de balance se ha convertido en una herramienta tan relevante que permitirá obtener ventajas competitivas claves a determinadas entidades, dados los mayores requerimientos de crédito que comienzan a apuntar en la industria financiera.
El estudio también apunta a una reducción del número y el tamaño de los competidores, dada la menor disponibilidad del balance, lo que redundará además en favor de las entidades de economías emergentes.
En definitiva, concluye González Cid, "el proceso de consolidación en el sector financiero es ya una realidad como consecuencia de la ralentización del crecimiento que, de forma asimétrica, se está produciendo en los diferentes mercados internacionales".

