Según las previsiones del organismo basadas en un modelo macroeconómico que estudia a España junto al resto de economías europeas y que no incluye las expectativas, en 2010, una vez que se hayan materializados todos los efectos del descenso del precio del crudo, se notará su contribución al crecimiento de la economía.

El abaratamiento del petróleo, explica, se traslada en toda Europa en un "acusado" descenso de la inflación y sirve de "amortiguador" sobre la contracción de la actividad económica y el empleo, al tiempo que mitiga la caída de la renta disponible y las riqueza de las familias.

En el caso de España, el informe señala que la inflación es "más sensible" a las fluctuaciones del precio del crudo que en otros países de la Unión Europea, debido al mayor peso de los productos derivados del petróleo en la cesta de consumo de los hogares españoles.

Por eso, según el Banco de España, ese recorte del precio del barril de petróleo se podría trasladar especialmente en España en una moderación de la inflación armonizada en este año del 1,3 por ciento y del 0,6 por ciento en 2010.

Ese menor encarecimiento de los precios se notaría también en el resto de países de la Unión Europea, lo que haría posible recortes de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo ante los menores riesgos inflacionistas, lo que serviría a su vez para dinamizar las economías de toda la región.