Este balance representa un descenso de 2,6 millones de barriles (-3%) con respecto a 2008. Es una previsión inferior a la que la AIE había publicado en su informe anterior, en el que incluía un pronóstico de consumo de 83,4 millones de barriles diarios en 2009.

Esta revisión a la baja responde a los datos preliminares de consumo "más débiles de lo previsto" en países como China, Estados Unidos y Rusia.


Para los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo en Europea (OCDE), los expertos de la AIE que elaboraron este informe pronostican que el consumo bajará este año en 2,4 millones de barriles diarios, un 5,1%, hasta los 45,1 millones de barriles.

La AIE precisa que estos pronósticos sobre la demanda de crudo están en línea con el previsible desarrollo económico, teniendo en cuenta que este año la economía mundial se contraerá un 1,4% y que "se recuperará de forma considerable en 2010 como muy pronto".

Por lo que se refiere a la oferta, el informe publicado hoy indica que en el mes de abril aumentó en 230.000 barriles al día debido, sobre todo, al incremento de producción acordado por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).

Con ese aumento se rompe la tendencia bajista de los últimos siete meses, según el texto de la AIE, organización que reúne a los grandes países consumidores del mundo desarrollado.

En cuanto a las reservas de petróleo de los países miembros de la OCDE en el mes de marzo aumentaron en 15,4 millones de barriles hasta alcanzar los 2.745 millones de barriles.

Esto representa un 6,7% por encima de los niveles del año anterior.

Por lo que se refiere a los precios, la AIE recuerda que se fortalecieron en los últimos meses hasta alcanzar un máximo de entre 58 y 60 dólares por barril a principios de mayo.

No obstante, este repunte no se ha traducido aún en "signos de recuperación de la demanda" y el mercado sigue estando "débil", insiste el informe.

La AIE ya había advertido en su informe anterior, publicado el pasado 10 de abril, que a causa de los precios relativamente bajos que hay actualmente, existe un riesgo mayor de que el mercado vuelva a estar en tensión cuando la economía y la demanda se recuperen.

Para ponerlo en evidencia, señaló entonces que la caída de las inversiones en la actividad de exploración y extracción estará este año más próxima al 20% que al 10%, con lo que eso significa de aplazamiento o abandono de proyectos de pozos que podrían hacer falta en el futuro.