Así, aunque reconoció que "la economía ha dejado de caer a un ritmo vertiginoso", en JP Morgan predomina la prudencia antes que el optimismo, de modo que la tendencia será "mantener la disciplina" y ser fieles al proceso de inversión, que pasa por "ver los mercados, y después valorar y posicionar las compañías".
Arroyo reconoció que la salida de la recesión está lejos y por lo que las rentabilidades en el mercado de renta variable alcanzarán como mucho el 5 o el 6 por ciento en el próximo lustro, lejos de las cifras exageradas de los últimos años.
Para este año, la gestora prevé que la renta variable tendrá una tendencia plana con mucha volatilidad, y explicó las últimas sesiones de avances como rebotes lógicos en momentos de crisis.
Además, Manuel Arroyo se mostró convencido de que los beneficios empresariales mejorarán sustancialmente en 2010, y particularmente en aquellos países, como Estados Unidos y el Reino Unido, donde se han adoptado medidas "agresivas" de política fiscal y monetaria frente al conservadurismo del Banco Central Europeo (BCE).
La zona euro padece, en su opinión, el lastre de una política monetaria común pero varias políticas fiscales.
En este sentido, el director de inversiones de JP Morgan indicó que el euro está "sobrevalorado" precisamente en relación a las divisas de esos dos países.
Frente a la tendencia de los últimos años, que prefería inversiones de deuda de alto rendimiento o "high yield", la gestora de JP Morgan apuesta por productos como los bonos convertibles (activos de deuda emitidos por las empresas y con posibilidad de convertirse en acciones cuando llegue el periodo de vencimiento) estadounidenses y británicos.

