De esta manera, Caja Madrid torpedea la oferta de adquisición que preparaba un grupo en el que figuraban TPG, BA y tres firmas españolas de inversiones. En marzo, TPG hizo una oferta preliminar por Iberia de 3,60 euros por acción, o 3.410 millones de euros en total, y después formó el grupo de postores. Este grupo esperaba lanzar una oferta formal por la compañía española dentro de las próximas semanas, pero ahora abandonó ese plan, según una fuente cercana. Caja Madrid, controlada por la comunidad autónoma de Madrid, fue capaz de desbaratar ese plan la semana pasada al anunciar sorpresivamente que aumentaría su participación de 9,9% en Iberia al adquirir los títulos de otros dos inversionistas. Los políticos regionales que controlan esta cooperativa de ahorros dicen que esto contribuye a preservar la "españolidad" de Iberia y permite que el aeropuerto de Barajas de Madrid siga siendo un centro aerocomercial importante. Los accionistas que vendieron sus partes a Caja Madrid son Banco Bilbao Vizcaya Argentaria SA, que se desprendió de su 7,3%, y el distribuidor de tabaco Compañía de Distribución Integral Logista SA, que se deshizo de su 6,7%. No se revelaron los montos de la transacción. El director general de finanzas de BA, Keith Williams, dijo en una declaración que la aerolínea británica "entrará (ahora) en discusiones con Caja Madrid con el fin de maximizar el valor de nuestra relación con Iberia". Una vocera de BA no quiso decir si esto significaba vender su participación a Caja Madrid. Un vocero del banco español no estaba disponible para comentar.
Motivos políticos La decisión de Caja Madrid parece obedecer más a preocupaciones políticas que a fines económicos. Si el banco hubiera permitido una guerra de ofertas, podría haber obtenido un valor sustancialmente más alto por su participación en Iberia. Pero Caja Madrid pertenece al gobierno regional de Madrid. Y el mayor centro de operaciones de Iberia es el aeropuerto de Barajas, que representa cerca de 10% de la actividad económica de la región. Algunos observadores locales expresaron el temor de que Iberia y Barajas sufrieran recortes si quedan en manos extranjeras. "Caja Madrid no actúa en base a intereses puramente financieros", dice Joaquín García Romanillos, un analista en Madrid del banco portugués BPI. "También tienen que balancear otras preocupaciones". Resistencia general
Aunque la Unión Europea removió a comienzos de los años 90 las barreras internas para la propiedad de las aerolíneas, muchos países se han resistido a perder a sus grandes operadores nacionales. Lo mismo ha sucedido en Estados Unidos. Una propuesta el año pasado para aflojar levemente las reglas sobre el control extranjero en las aerolíneas estadounidenses se encontró con la fuerte resistencia de las empresas y los sindicatos, que temían una mayor competencia. La propuesta fue desechada. En los últimos 20 años, aerolíneas europeas como KLM Royal Dutch Airlines NV, BA y Scandinavian Airlines System invirtieron en sus rivales estadounidenses Northwest Airlines, US Airways y Continental Airlines, pero todas se desprendieron de sus participaciones cuando enfrentaron obstáculos a profundizar sus lazos. Algunas adquisiciones transfronterizas han logrado concretarse. En 2004, Air France SA compró a la holandesa KLM. En 2005, la alemana Deutsche Lufthansa AG adquirió a Swiss International Air Lines. Pero en ambos casos, las aerolíneas querían ser adquiridas e hicieron un fuerte lobby interno para lograr el respaldo de sus países. De hecho, intentos internacionales relativamente modestos han enfrentado una dura oposición. Al tratar de expandirse en Francia, Bélgica e Italia, la aerolínea irlandesa de descuento Ryanair Holdings PLC ha tenido que desfilar por los tribunales. Sus rivales han sabido defenderse de la amenaza competitiva de Ryanair al utilizar leyes laborales, políticas de subsidios y otras regulaciones que no se relacionan directamente con la aviación comercial.