El impacto del coronavirus está marcando nuestras vidas....pero también nuestras inversiones. Tanto es así que el efecto cohete provocado por ejemplo en las tecnológicas sigue impactando por su fortaleza y mantenimiento en el tiempo. Como gran ejemplo sin duda las FAANG que están viviendo una edad de oro que ya se venía fraguando en los últimos años. En especial por sus trabajos de computación en la nube a cuenta del teletrabajo que se ha generalizado como nunca antes.
También las compañías ligadas al universo online. Desde financieras, hasta pagos a través de internet, e-commerce.... . La mayoría de las compañías no físicas se han visto alentadas por el confinamiento que ha impulsado las transacciones a través de la red, y una vez superada esta etapa, el evitar el contacto físico ante el riesgo de contraer el virus ha intensificado su uso.
Además los servicios de streaming, como Netflix o Disney +, que con el "quédate en casa" han multiplicado exponencialmente el número de sus suscriptores, que todavía siguen creciendo, y que en el caso por ejemplo de la segunda, están siendo su tabla de salvación frente a sus parques temáticos a los que ha afectado de lleno la pandemia.
Y la alimentación, servicio esencial donde los haya, que se ha convertido, en especial en lo peor de la pandemia, en el centro neurálgico tanto de las contadas salidas como del consumo desaforado, desde papel higiénico hasta repostería pasando por la cerveza, que hemos adquirido en cantidades industriales.
Todo ello sin olvidar a las grandes protagonistas de estos tiempos: las farmacéuticas. Otrora valores defensivos, se han convertido a cuenta no solo de las vacunas, que también. Sino además por sus investigaciones sobre algunos compuestos ya existentes que sirven para reducir el impacto de la enfermedad e incluso prevenirla, en las estrellas de esta época de incertidumbre, que les han colocado en el punto de mira del inversor.
Y hemos dejado fuera al sector turístico, al consumer físico en su más amplio espectro, a la industria más tradicional y esencial in situ, etc... . Potenciando además cómo resguardar nuestras carteras con valores refugio como el oro e incluso las criptomonedas.
¿Creen que este cambio ha venido para quedarse ? ¿Que nuestra forma de inversión será temporal marcada por la pandemia y la incertidumbre que provoca? o bien ¿Que el temor a una prolongación de los rebrotes y su virulencia o nuevas olas de distintos coronavirus varíen nuestras preferencias en el mercado bursátil?
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