Desde que comenzó la crisis de los mercados financieros, las entidades han tenido respaldo del BCE a través de inyecciones de liquidez, disponibles para un gran número de bancos sobre la base de una gran gama de garantías, como algunos valores respaldados por hipotecas. Para redirigir las tensiones del mercado, el BCE ha modificado, además, las vías para proporcionar esta financiación.Las preocupaciones sobre la excesiva dependencia de la banca europea a estas subastas de refinanciación obedecen a que algunas entidades confían en estas operaciones a la hora de realizar nuevos préstamos y a que se realizan a un precio relativamente bajo.González Páramo, en cambio, se ha referido a un informe de la agencia de calificación Fitch que asegura que no parece que los bancos estén utilizando la financiación del BCE para alcanzar sus necesidades de financiación diarias, si bien es cierto que el mismo informe advierte de que "la confianza continuada en estas fuentes de liquidez es insostenible", y que podría crear "dislocaciones" en las fuentes de financiación de algunos bancos.
Sistema de garantías arriesgadoPor otro lado, también preocupa el hecho de que los bancos estén creando un sistema de garantías más arriesgado de lo previsto por el BCE, y de que la institución ya cuente con demasiados colaterales de riesgo. De hecho, el también miembro del consejo Yves Mersch, presidente del Banco Central de Luxemburgo, advirtió a principios de este mismo mes que el tipo de colaterales que estaba siendo aceptado por el BCE era un asunto "muy preocupante".Sin embargo, González Páramo señala que a nivel global no se ha registrado un incremento significativo en la cantidad de liquidez suministrada por el BCE en relación con los activos de los bancos desde el año 2000. "Con respecto a la variedad de activos depositados por las instituciones del eurosistema, creo que tenemos un marco que funciona bien", asegura, dando a entender también que el apoyo extra del BCE a las entidades podría continuar hasta que sea necesario, ya que "no tiene sentido" poner una fecha límite a la intervención en los mercados por la crisis financiera.