gestion activa clave en momentos de incertidumbre

De izquierda a derecha:Gorka Apodaca (Banco Alcalá), Pol Tusquets (TREA AM), David Bosch Beltrán (AndBank WM),Xavier Mestres (Sabadell AM), Mathias Blandin (La Financiére de L ́Échiquier), Josep Bayarri(Arquia Banca), Romualdo Trancho (Allianz Globalinvestors), Jaume Puig (GVC Gaesco) y DavidBosch Beltrán (AndBank WM) y Miguel Ángel Villoslada (MoraWealth)

Cuando se analiza el escenario para 2020 la mayoría de opiniones son optimistas. Si bien es cierto que seguimos inmersos en el entorno de bajo crecimiento y bajos tipos de interés, el escenario sigue siendo más óptimo para la renta variable. Una situación en la que además estar en la parte final del ciclo económico hace pensar en la necesidad de “una estructura de cartera equilibrada pues sabemos que las subidas de los mercados no son lineales y puede haber volatilidad”, asegura Gorka Apodaca, Investment Advisor en Banco Alcalá (Grupo Crèdit Andorrà).  Un panorama que es ve más claro en mercados de acciones que en la renta fija, lo que hace pensar en carteras para cliente más conservadores que “se adentren en segmentos de renta fija no tan habituales en las carteras para obtener más rentabilidad siempre y cuando seamos transparentes scon los clientes y les hagamos conscientes de que más rentabilidad conlleva más riesgo”, admite Miguel Ángel Villoslada, Responsable de gestión de clientes de MoraWealth.

Desde el sector creen que perfilar a los clientes, en este sentido, debe ser el primer paso. La regulación ya ha puesto sobre la mesa unos requerimientos de mínimos que sirven para que “el cliente sepa ponerle nombre a lo que él piensa sobre cuál es su perfil”, asegura Josep Bayarri, Director de Productos, análisis e inversiones de Arquia Banca quien cree que “cada inversor tiene un perfil de riesgo diferente y cada uno tendrá una forma de ser prudente”. Etiquetas con las que también se trata de evitar la “trampa del espejo retrovisor”, aquella por la que los inversores recurren a la lista de fondos más rentables del ejercicio para construir la cartera si recordar aquello de que rentabilidades pasadas no garantizan retornos futuros.

Desde AndBank Wealth Management creen que una forma de controlar el riesgo de la cartera (y mejorar el retorno a largo plazo) es controlando la volatilidad que se asume. “Abordamos la situación con el cliente a partir del riesgo que asume e intentamos que sea de una forma muy visual porque muchas veces los clientes no se perfilan bien y salen en el peor momento cuando, si hubiera una buena concepción del perfil, esto no lo haría”, admite David Bosch Beltrán, gestor de carteras en la firma. Un problema general que afecta a clientes minoristas e institucionales.

Al final desde el sector creen que perfilar a los clientes es importante por dos motivos: “porque sabemos que la parte de más riesgo es más rentable pero además el descuento de valoración está ahí. Se da la casualidad de que la parte de más riesgo es la más barata y la parte de menos riesgo, la más cara. Si nadie hace nada, el inversor seguirá mirando a la renta variable sin tener una percepción real del riesgo”, dice Jaume Puig, CEO y CIO de GVC Gaesco Gestión. Un experto que se muestra convencido de que los perfiles de riesgo habría que hacerlos después de un diente de sierre porque ahí se verá el riesgo real que está dispuesto a asumir.  Una situación que está empujando a que todo el mundo vaya a los activos que están en la parte alta del riesgo con lo que “perfilar al cliente es más importante que nunca porque nunca habíamos visto un contexto tan peligroso donde, el mayor problema, lo tiene el ahorrador”.

Un perfil acostumbrado a invertir en depósitos con retornos del 4-5% que ya no existen y que, a medio plazo, no van a existir. “El siguiente paso para ese ahorrador son los fondos monetarios o garantizados, que ofrecen cero o retorno negativo, y es a esos clientes a los que hay que explicar que tienen que alargar al plazo o, si tienen intención de ganar dinero en 1-2 años no lo van a hacer”, sentencia Xavier Mestres, Head of Long Only Investments de  Sabadell AM. Una conversión de ahorrador a inversor necesaria pero que no es fácil.  

Y este es uno de los retos que tiene por delante la industria. Más en un momento de compresión de márgenes en el que sigue habiendo fondos que no aportan y en el que seguirá la concentración de las gestoras. Situación que trae a primer plano la necesidad de “poner en valor” la gestión. Especialmente “la de aquellos fondos que sean eficientes y batan a sus índices”, asegura Apodaca. Un entorno en el que la banca nuevamente aparece en el centro del debate. “Antes la banca ‘regalaba’ los productos y en una situación como la que tienen actualmente, cuando quieren volver a cobrar no pueden porque han devaluado el servicio que dan a los clientes”, dice Romualdo Trancho, Director de Desarrollo de negocio de Allianz Global Investors. Quizás a corto plazo tenga cierto sentido a nivel de marketing pero a largo plazo “si quieres atraer talento y batir los objetivos de los inversores, es importante remunerar bien ese trabajo”.

Mathias Blandin, Country Head Iberia de La financière de L´Échiquier diferencia entre gestión pasiva, donde los precios son más reducidos porque cuando compras un ETF al final estás comprando los movimientos del mercado, de la gestión activa “que pagas más porque detrás hay un análisis y trabajo que, si está bien hecho, generará alfa”. Más cuando se habla de temas como la sostenbilidad o las pequeñas y medianas compañías “donde es más complicado tener el seguimiento de las compañías”. Dos tipos de gestión que no son enemigos en el sentido de “las dos son honestas con el cliente. En una se mira el porcentaje que tiene una acción en un índice y, en la otra, miras todo lo demás menos el porcentaje”, asegura Puig que cree que el gran problema en la industria es aquella gestión semiactiva o semipasiva que es numerosa en España y que es activa en comisiones pero pasiva de facto.

En este sentido es el equipo que selecciona fondos el que debería mirar no sólo los datos cuantitativos sino los cualitativos de los distintos fondos “seleccionando activos que sean capaces de batir a sus índices”, asegura Bosch a quien le gusta la idea de una casa “en la que los gestores cobran en función del alfa generado a 3-5 años. Si eso es así, y se aplicara algo parecido, seguramente se conseguiría erradicar este tipo de gestión intermedia”.

A la hora de mirar las cualidades que tienen que tener los fondos para seleccionarlos, en el sector creen que no sólo hay que fijarse en un factor sino tener en cuenta varios: rentabilidad ajustada al riesgo en varios períodos, máximas caídas, volatilidad, comisiones…. y, sobre todo, consistencia en el estilo de gestión. Al final lo más importante – dice Bayarri – es tener historia aunque la realidad “es que nos encontramos, tras diez años de subidas en bolsa, pocos fondos que tengan histórico para comprobar cómo lo hacen en los buenos y en los malos momentos”.

Intentando describir cómo será la industria del futuro, en el sector están de acuerdo en que crecerá mucho la activa, crecerá mucho la pasiva y bajará mucho la mixta. Desde La Financiére de L´Échiquier, Blandin cree que habrá pocos actores pero grandes que captarán gran parte del mercado y, en gestión activa, varias boutiques con cierto tamaño que aporten algo diferente. Más en un entorno complicado a nivel de gestión. Pol Tusquets, Director Funds of Funds de TREA AM cree que “las caídas tan fuertes que ha habido en las últimas sesiones no son más que el reflejo de lo que puede provocar la gestión pasiva. Todo se exagera y es uno de los problemas con los que tienen que lidiar los gestores activos. En este punto, quizás jugar el valor relativo puede ser interesante pues, si el mercado cae y tienes cobertura, caerás menos aunque cuando suba no lo hagas tanto”.

Miguel Ángel Villoslada cree que hay valoraciones relativas en situaciones muy extremas con lo que ahí puede haber oportunidades. “Y esas valoraciones son muy dinámicas con lo que aquella gestión activa que sea flexible, dinámica y activa puede ser una oportunidad. A lo largo de un ciclo hay 2-3 movimientos de mercado en los que la gestión activa puede hacerlo mejor y añadir valor. Es en los momentos de volatilidad cuando la gestión activa se tiene que lucir”.

Siempre, y volviendo al principio, que se trate de un gestor que invierta en equities porque, en renta fija, lo tendrá mas complicado en un entorno en el que los tipos reales son negativos y hay inflación. Un entorno que ya lleva cuatro años y que se si se extiende un lustro más “habrá burbujas de activos que no podrá parar nadie. Con lo que lo mejor para todos es que los tipos se normalicen”, concluye el experto de GVC Gaesco.

¿Por qué es importante la gestión activa en un momento como el actual? La industria responde:

 Romualdo Trancho (Allianz GI): “Teniendo un entorno de bajo crecimiento, inflación y sabiendo que la pura beta de mercado será limitada, tenemos que ser capaces de tener una gestión activa, diversificada, adaptada al perfil de cliente y con procesos de control de riesgos que nos permitan navegar las situaciones más complicadas del mercado. Si nos dejamos llevar por la situación de los mercados, la gestión activa debería ser la estrategia ganadora”.

Miguel Ángel Villoslada (MoraWealth): “Debería haber una normalización de los niveles de volatilidad que hay en el mercado y es ahí donde la gestión activa debería poder aportar valor”.

Xavier Mestres (Sabadell AM): “La gestión activa en el entorno de baja volatilidad puede añadir valor con las opciones. Hay momentos de altas volatilidades en las que te puedes gastar algo en opciones y reducir las pérdidas en momentos de shocks de mercado o caídas abruptas”.

Josep Bayarri (Arquia Banca): “Después de 10 años y sucesivos QE el valor que aporta la gestión activa es la diversificación. Desde el momento en que un gestor decide no comprar los cuatro valores más grandes del índice ya estás generando más diversificación que con las formas tradicionales de generala y, a medida que avanza el ciclo, más valor aporta este tipo de gestión”.

Jaume Puig (GVC Gaesco Gestion): “La gente se tiene que preguntar si es correcto invertir en aquello que más pesa en el índice. Como inversor, creo que es un mal criterio inversor. Es verdad que se complicado seleccionar la buena gestión activa pero siempre intentaría tenerla en cartera partiendo de unas buenas capacidades para poder detectarla”.

Mathias Blandin (La Financière de L´Échiquiere): “Favorecer la gestión activa es favorecer la gestión de convicción. Es lo que tratamos de hacer y el estilo de gestión que tiene que aportar valor porque si no, no tiene sentido. Y además, cuando quieres hacer una cartear no sólo tienes que seleccionar el activo en el que estar sino la gestora en la que vas a confiar”.

Gorka Apodaca (Banco Alcalá): “La gestión activa tiene que seguir funcionando y más cuando los niveles de volatilidad comiencen a racionalizarse. Es verdad que la gestión pasiva crecerá en los mercados que sean más eficientes pero la gestión activa seguirá siendo parte fundamental de la construcción de las carteras”.

David Bosch (AndBank WM): “La gestión activa es fundamental en dos niveles: el vehículo que metas en cartera – que sea capaz de generar un rendimiento superior al índice – y la propia gestión que lleve a cabo el equipo gestor para aumentar la rentabilidad esperada y controlar el riesgo”.

Pol Tusquets (TREA AM): “En el momento del ciclo en que nos encontramos hay que darle más importancia a la gestión activa porque pueden venir correcciones fuertes y es ahí donde tiene que demostrar su papel y su valor”.