La concesión de estas ayudas públicas al gigante de Detroit, que comercializó 8,35 millones de coches en todo el mundo en 2008, está condicionada a la presentación periódica de los progresos experimentados en su plan de viabilidad. La compañía informará el próximo 17 de febrero de la evolución experimentada tras la recepción de esta inyección económica. Henderson, por otro lado, señaló que el pago de este segundo tramo de las ayudas públicas se ha retrasado porque General Motors se vio obligada a presentar información adicional. El ejecutivo de la compañía indicó que General Motors podría haberse quedado sin liquidez si el Gobierno no hubiera aprobado esta inyección económica.

El plan de ayuda a General Motors contempla que la compañía debe solicitar fuertes concesiones a sus acreedores y al sindicato United Auto Workers (UAW) con el fin de recortar su deuda y los costes laborales. De esta manera, General Motors y sus acreedores han contratado a asesores para que recomienden la forma de reestructurar la deuda de la compañía. La corporación automovilística prevé que esta medida le permita reducir sus deudas en Estados Unidos entre 9.000 y 28.000 millones de dólares (entre 6.976 y 21.705 millones de euros).

Además, el fabricante de automóviles prevé alcanzar un acuerdo con UAW para dividir por la mitad el pago de 20.000 millones de dólares (15.500 millones de euros) que prometió destinar al fondo de seguros sanitarios mediante el ofrecimiento de valores, en lugar de efectivo.