La corporación obtuvo una facturación de 26.352 millones de dólares (17.805 millones de euros) en el periodo transcurrido después de que la compañía emergiera del proceso de suspensión de pagos, que finalizó el pasado 10 de julio.

La compañía prevé cerrar el año con unos 'flujos de caja' negativos, como consecuencia, principalmente, por la reestructuración que está llevando a cabo su anterior filial Delphi y por la devolución de los créditos públicos concedidos por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y de Alemania, así como por los costes de reestructuración.

El consejero delegado de la multinacional, Fritz Henderson, manifestó que todavía tienen mucho trabajo que hacer en su compañía, aunque afirmó que los resultados "ponen de manifiesto" la sólida formación de la nueva General Motors.

"Con un balance saneado y una estructura de costes competitiva, nuestro objetivo se centra en situar nuestro rendimiento en lo más alto", añadió, al tiempo que resaltó que en la actualidad están desarrollando coches con un alto nivel de calidad que cumplen con los requisitos de los clientes.

Durante el tercer trimestre del pasado ejercicio, la empresa automovilística registró unas pérdidas netas de 2.500 millones de dólares (1.700 millones de euros) y contabilizó una cifra de negocio de 37.900 millones de dólares (25.608 millones de euros).

La corporación obtuvo una facturación de 26.352 millones de dólares (17.805 millones de euros) en el periodo transcurrido después de que la compañía emergiera del proceso de suspensión de pagos hasta septiembre, mientras que entre el 1 y el 9 de julio la empresa facturó 1.637 millones de dólares (1.106 millones de euros).

La multinacional estadounidense contabilizó unas pérdidas antes de impuestos de 261 millones de dólares (176,3 millones de euros) entre el 10 de julio y el 30 de septiembre, y los 'números rojos' de entre el 1 y el 9 de julio se situaron en 627 millones de dólares (423 millones de euros).

Los costes estructurales de la compañía alcanzaron 9.100 millones de dólares (6.148 millones de euros) desde que saliera del proceso concursal hasta septiembre, mientras que entre el 1 de enero y el 9 de julio de este año estos costes se situaron en 22.000 millones de dólares (14.864 millones de euros). Entre enero y septiembre de 2008 la corporación tuvo un costes de 37.800 millones de dólares (25.540 millones de euros).

DEVOLUCION DE PRESTAMOS

Por otro lado, General Motors señaló que tiene intención de acelerar el periodo de devolución al Gobierno de Estados Unidos de los 6.700 millones de dólares (4.527 millones de euros) correspondientes a los créditos públicos concedidos para asegurar la viabilidad de la empresa, así como 1.400 millones de dólares (945 millones de euros) al Gobierno de Canadá.

De esta forma, la empresa tiene previsto asumir la devolución de los créditos a los gobierno de Estados Unidos y Canadá en plazos trimestrales a partir de diciembre próximo con un importe inicial de 1.200 de dólares (810 millones de euros), de los que 1.000 millones de dólares (675 millones de euros) serán para Estados Unidos y los 200 millones de dólares (135 millones de euros) restantes serán para Canadá.

A su vez, General Motors ha iniciado el repago de las garantías concedidas por Alemania para asegurar la continuidad de la firma Opel. La compañía indicó que ya ha finalizado la devolución de 500 millones de euros y aseguró que los 400 millones de euros restantes se pagarán durante este mes.

La deuda total de la compañía en la actualidad asciende a 17.000 millones de dólares (11.486 millones de euros). De este total, 6.700 millones de dólares (4.527 millones de euros) son de créditos de Estados Unidos, 1.400 millones de dólares (945 millones de euros) de Canadá, 900 millones de euros de Alemania y 7.600 millones de dólares (5.135 millones de euros) corresponden a otros aspectos.

PREVISIONES


Para el próximo ejercicio, la compañía estadounidense prevé que se produzca un "modesto" incremento de las ventas en todo el mundo y estima que el mercado mundial se sitúe en 2010 entre 62 y 65 millones de unidades.

La compañía prevé cerrar el año con unos 'flujos de caja' negativos, como consecuencia, principalmente, por la reestructuración que está llevando a cabo su anterior filial Delphi y por la devolución de los créditos públicos concedidos por los gobiernos de Estados Unidos, Canadá y de Alemania, así como por los costes de reestructuración.