Así lo aseguró Alan Mulally, consejero delegado de la multinacional con sede en Dearborn (Michigan), el único de los tres grandes fabricantes estadounidenses que ha conseguido evitar la suspensión de pagos. 

Mulally destacó que el plan de transformación del grupo contempla una "agresiva" reestructuración para operar de forma rentable en los actuales niveles de demanda, así como un cambio en su 'mix' de producto.

Ford prevé también acelerar el desarrollo de nuevos productos destinados a satisfacer las nuevas necesidades de los clientes, y que aporten valor. La corporación también trabaja en la financiación del plan y en la mejora de su balance.

Por último, el primer ejecutivo de la firma del óvalo destacó que con este plan la multinacional pretende trabajar como un único equipo, aprovechando la presencia global de la compañía.