El crecimiento del primer trimestre es también inferior al registrado en el último cuarto de 2011, cuando la economía estadounidense avanzó un 3%.
Según los primeros datos, este freno se debió a la desaceleración del gasto empresarial y al menor gasto del sector público. El mal comportamiento de ambos fue compensado parcialmente por un repunte más fuerte de lo esperado de las exportaciones y, sobre todo, del gasto privado.
El gasto de los consumidores, que representa en torno al 60% del PIB estadounidense creció un 2,9% frente al 2,3% esperado por el mercado y por encima del 2,1% del último trimestre de 2011.